Por Diego Rodríguez y Macarena Vera desde Montevideo
Desde muy temprano del día viernes 21 y sábado 22 de abril, aficionados de Uruguay y del exterior así como bandas de nuestro país y de la región, se dieron cita en el predio de la Rural del Prado, con entradas agotadas, para desbordar los espacios de gente y de buena música. Acorde tras acorde y banda tras banda, el espectáculo prolijamente organizado por la productora Piano Piano demostró una fluidez y precisión de relojería.
Con 3 escenarios (uno separado en la calle lateral del predio del Prado y dos pegados lado a lado en el espacio del ruedo) los oyentes no tuvieron que esperar entre toque y toque, ya que mientras que una banda tocaba, la otra se estaba preparando para comenzar de forma inmediata, sin tiempos muertos y sin bajar la intensidad durante todo la noche.
De lo que vimos y pudimos capturar (porque desde ya les anticipamos que con más de 40 bandas y artistas en escena, fue imposible disfrutar todo) les invitamos a ver lo que nos pareció más destacado:
El público: variopinto y colorido, desde jóvenes adolescentes, niños y hasta algún bebe en brazos, a veteranos que hace rato peinan canas; todos convocados para vivir una fiesta en paz y disfrutar del amor común por la buena música
Snake: defendieron la localía en su barrio natal, a mi gusto la mejor presentación de las 2 noches; vibrantes, intensos, fotogénicos, con una notoria experiencia en el escenario gracias a las increíbles 3 décadas de hacer buena música
NTVG: la banda favorita de la fotógrafa presentó como ya es costumbre un espectáculo pulido y de nivel internacional, que movió a los miles de espectadores. Lamentablemente tuvimos que registrar a esta y algunas bandas más de una distancia un poco lejana, por seguridad de los equipos y por los pocos pases de prensa disponibles, detalle que obligó a los organizadores del evento a invitar como cortesía a varios colegas fotógrafos a cubrir el evento desde la zona de campo del espectáculo
Marilina Bertoldi: una rara mezcla entre la furia transgresora de Nina Hagen y el glamour escénico de Madonna, esta artista argentina que ya nos había impresionado en el festival Montevideo Late volvió a dejar muy en alto el profesionalismo del rock de la vecina orilla
Sara Hebe: también argentina, también talentosa y también transgresora, la rapera trajo todo el "girl power" al escenario, moviendo a sus fans y sorprendiendo muy gratamente a quienes no teníamos el gusto de conocerla.
Julieta Venegas: con su voz dulce y su estilo particular nos trajo varios de sus temas clásicos como Eres para mí y Me voy que el público se deleitó en cantar; más algunos nuevos que la gente acompañó con igual entusiasmo
León Gieco y Agarrate Catalina: una mezcla interesante que hace años funciona muy bien, con algunos puntos destacables como El fantasma de Canterville, y La Violencia de Agarrate
Divididos: la legendaria banda argentina con sus casi 4 décadas de música vinieron a demostrar por qué siguen muy vigentes. Con Mollo al frente de un espectáculo destacado y con un final muy íntimo cuando el veterano rockero bajó del escenario a regalarle al público docenas de púas de guitarra (o eso suponemos que eran) que sacaba de todos los bolsillos del pantalón y parecían no acabársele nunca.
Airbag: no soy particularmente fanático de las bandas que hacen covers, por ese tema de la falta de identidad propia y la imitación que suele disfrazarse de "homenaje", pero a estos chicos hay que respetarlos y mucho. Todos tocan bien, y todos cantan muy pero muy bien, algo llamativo ya que de a momentos no se sabe quien es el líder de la banda: cualquiera de ellos puede llevar adelante el espectáculo con un registro vocal impecable y una presencia escénica digna de una banda de nivel internacional con larga experiencia.
El espectáculo tocó todos los puntos que un show de rock debe tener: luces, humo, altas llamaradas y un tema tocado por un joven guitarrista que fue invitado de entre el público. Para finalizar se mandaron una interpretación completa del casi himno nacional "A don José", perfectamente cantado desde principio al fin por los hermanos argentinos.
Literalmente el sueño del pibe: que te inviten a tocar junto a una banda internacional en el gran espectáculo de rock del año
Y tocó muy bien, felicitaciones al muchacho !
La Vela Puerca: tan uruguayos como el mate, el dulce de leche y la torta frita, hicieron saltar a todo el Prado con su música, incluyendo un pogo feroz como pocos se ven, que se extendió desde la boca del escenario a todo el predio del ruedo.
La Trotsky: no pueden faltar en ningún festival de rock; y si el pogo de La Vela fue feroz, el de La Trotsky fue tal que por momentos llego a dar miedo, tuvimos que huir despavoridos a las colinas.
El Peluffo "chico" trajo toda su energía punk al escenario, y aunque se lo ve un poco más grande de sus 52 añitos, la fuerza está intacta. El que si faltó llamativamente fue el Peluffo grande, ... ¿no toca Buitres?, no, y no sabemos por qué. El cielo va a tener que esperar.
Y hubo más bandas y mas postales que nos dejó este increíble espectáculo, las tiramos entreveradas más abajo
La guitarra piscodélica de Matias Rodríguez junto a Juan Casanova, integrante de la legendaria banda Los Traidores
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