por Bárbara Gimpel, desde Montevideo
No sé si mas que otros, solo sé que lo tengo mas fresco y que tengo la profunda convicción que es en esos momentos turbulentos cuando mas aparece y cuando mas la necesitamos.
Mas allá de la religiosidad de la fecha o de lo agnóstico del festejo, es un tiempo en el que tendemos a dar lo mejor de nosotros sin mezquindad, sin esperar devolución ni compensación y eso es algo sumamente inusual.
Los regalos que me encantaba recibir en mi infancia venían envueltos en papeles de colores y estaban decorados con brillantes moños, no importaba demasiado el contenido sino desenvolver y descubrir algo especial para uno.
Hoy, bastantes años después me sigue gustando abrir regalos pero tiendo a preferir los invisibles, los más escasos, los que no se pueden comprar.
Por eso quiero dejarles un regalo de esos invisibles: la capacidad de creer, en sí mismos, en los demás, en que todo puede mejorar…y en que depende de nosotros…
FELIZ NAVIDAD!!!
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