Ya no existe la nostalgia celeste
Miércoles, 24 Agosto 2011

Ya no existe la nostalgia celeste

Durante los últimos 25 años me pasé escuchando lo fabuloso e irrepetible que fue la gesta del Maracaná. El canto era mas o menos el mismo siempre: La impronta de Obdulio, la dolida ausencia de un “gran jefe” cada vez que nos quedábamos fuera de cualquier campeonato o torneo, la magia imparable de un Gighia o un Schiaffino que contra todo pronóstico callaron a un estadio, a un país a un mundo (aun no globalizado), una historia que no volvió a repetirse en 50 años, el amor a una camiseta color de cielo y los mas coloridos y nostálgicos suspiros por lo que ya no era.

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por Bárbara Gimpel, ODIT Uruguay.Desarrollo e Innovación Turística

Vi también una y mil veces una profusión de fe inaudita cuando en cada campeonato se soñaba con que la magia celeste reapareciera casi por milagro.

Un Galeano de hace algunos años lo ilustraba mucho mejor que yo: “los uruguayos encontramos en el fútbol un medio de proyección internacional y una certeza de identidad: aunque hoy día sobreviven con más vigor en la nostalgia que en la realidad, nos quedó la costumbre. El fútbol sigue siendo una religión nacional, y cada domingo esperamos que nos ofrezca algún milagro. La memoria colectiva vive consagrada a las liturgias de Maracaná: ya la hazaña está por cumplir medio siglo y la recordamos hasta el último detalle, como si fuera cosa de la semana pasada, y a su resurrección encomendamos nuestras almas”.

Pero como siempre, no hay mal que dure cien años ni cuerpo (o hinchada) que lo resista, el milagro se renueva y desde el año pasado de la mano (y también de los pies) de Suárez, de un Lugano convertido en el nuevo “gran jefe”, de un Forlán formidable, de un Abreu mas loco que nunca, de un Muslera con manos mágicas, de un heroico Ruso Pérez y un equipo humana y deportivamente impecable, la sonrisa al fin volvió a las canchas, arcos, plasmas y bares uruguayos y se instaló allí al lado de la fe hasta convertirse en confianza, después en ilusión y mas pronto que tarde en certeza cuando palpitamos al grito de Campeón. Supongo que esta alegría y esta confianza bien trabajadas nos impedirán volver a languidecer de nostalgia de buen futbol ya que confío en que hay paño para rato. Yo al maestro le tengo fe.

Ahora… con toda esta historia…con semejante campaña (desde el Mundial hasta la Copa América), la euforia vigente y fresquita, francamente (y con toda la creatividad uruguaya puesta en juego) esperé, ya veo en vano a estas alturas del 24 de Agosto, una GRAN “NOSTALGIA CELESTE”:

Me imaginé un estadio ambientado para una fiesta de delirio y celebración celeste, decoración al tono, con plasmas, luces, lasers, videos viejos y nuevos, fiesta de camisetas celestes, el pato celeste entregando merchandising, barras temáticas, competencias, canciones y música alusivas, disfraces, futbolistas, botineros y botineras y una gran recaudación que sirviera de fondo para seguir alimentando este sueño y que se convirtiera en un clásico que año a año exorcice con alegría cualquier mufa futura.

¿Cómo, por favor que alguien me explique cómo es que no apareció ningún “innovador”!!????…

No soy experta en temas deportivos pero estoy convencida que hubiera sido un “golazo”…

Portal de América

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