Turismo Experiencial: la oportunidad de las emociones
Jueves, 04 Septiembre 2014
El turista experiencial escoge su destino según la experiencia que desea vivir. ¿Pero cómo se gestionan las emociones? ¿Qué hay que ofrecer a este nuevo turista? Innovación, autenticidad y diferenciación.
por Bárbara Gimpel
Este concepto tan de moda los últimos tiempos, implica un tipo de turismo basado en las emociones y experiencias que cada vez suma más adeptos. Se trata de un nuevo turismo y, sobretodo, de un nuevo turista, ese que busca vivir una experiencia diferente, indistintamente del destino al que viaja, se informa vía internet antes de llegar a él y busca una calidad y autenticidad que le transporte emocionalmente y haga de esa una experiencia irrepetible. El turista experiencial escoge su destino según la experiencia que desea vivir.
Por lo tanto, ofrecer tranquilidad, naturaleza, belleza o una gran cantidad de recursos culturales como museos o monumentos ya no es suficiente, hay que añadirle emociones.
¿Pero cómo se gestionan las emociones? ¿Qué hay que ofrecer a este nuevo turista?
Innovación, autenticidad y diferenciación. Este turista desea vivir y conocer la verdadera cultura y forma de vivir del destino y sus habitantes. Así que hay que ofrecer precisamente aquello propio del territorio y destinación que visita.
Así nos encontramos con una tipología turística estrechamente relacionada con el movimiento slow, turismo sostenible o sustentable y responsable con el entorno, que pone en valor el territorio, sus riquezas, su paisaje, y su gente, ya que busca potenciar los recursos propios de la zona. Los tangibles y sobre todo los intangibles.
En Uruguay somos SLOW por naturaleza, es más, estoy convencida de que somos fundadores del movimiento solo que no lo patentamos (demasiado “slows”).
Además de esto, y lo he remarcado en mas de una ocasión (leer “Amor a segunda vista” ), nuestro mayor patrimonio no está en las cosas que podemos mostrar ya que hay en otros destinos naturaleza mas exótica, monumentos edilicios o naturales mas impactantes, muestras culturales y museos que nos superan ampliamente pero…no tienen ese no se qué íntimo, personal que nosotros sí tenemos. Son experiencias masivas que ven miles de personas abarrotadas. En Uruguay nada es abarrotado, todo tiende a permitir una sensación de sosiego y libertad casi inigualable en el mundo de hoy…justamente porque somos “diferentes” y nos gusta sentir y compartir ese sentir.
Hoy, que se está trabajando tanto en territorio e innovación, apuesto por esta línea, por realzar ese intimismo, por ser mas que nunca Uruguay una experiencia de paz…
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