por el Lic. Alejandro Spera, @alejandrospera en Twitter

La nueva generación de identificación (NGI) del FBI en los Estados Unidos, consiste en registrar cada huella digital e información biométrica (como el iris) para almacenarla en servidores donde realizar búsquedas en poco tiempo.  Aunque el sistema de reconocimiento facial aún está en pleno desarrollo y optimización, ha permitido mejorar y acotar posibles sospechosos y criminales al realizar una investigación.

Con la popularización de las cámaras de seguridad, que en una primera fase se incorporaron a comercios y locales privados, cajeros electrónicos, bancos, estaciones de servicio, etc. siguió la adquisición por parte de los Estados y se instalaron en calles, plazas y sitios públicos, con el objetivo de elevar la seguridad sumando recursos técnicos al patrullaje realizado por personas.  En Montevideo, recientemente se instalaron al menos 300 cámaras en la Ciudad Vieja y parte del centro, con el objetivo de controlar y prevenir delitos, y al mismo tiempo, brindar seguridad pública adicional a turistas y ciudadanos de dichas zonas.  Estas tecnologías de vigilancia permiten realizar predicciones en materia de delitos así como conocer los puntos donde posiblemente ocurrirán esos incidentes. 

El siguiente paso hacia la la vigilancia global es la Wide Area Surveillance (WAS), que utiliza aviones o drones con cámaras capaces de transmitir en tiempo real con una resolución suficiente como para realizar zoom e dentificar situaciones entre autos o personas a nivel terrestre.  Aunque la fantasía popular asocie este tipo de vigilancia con el ingreso a los hogares por las ventanas, sólo puede vigilar el exterior con el suficiente detalle como para visualizar los problemas callejeros y delitos más comunes.  En este caso se intenta seguir pistas y movimientos, que luego combinados con cámaras a nivel terrestre se puede identificar sospechosos.

Antes los testigos eran de suma importancia para la investigación posterior a un delito; hoy día podemos contar con el ojo electrónico que asiste directamente a los policías en su tarea.  Pero necesariamente se debe realizar un análisis pormenorizado, poniendo al capital humano como único exponente capaz de resolver estas cuestiones a través de su trabajo profesional.  En este análisis también entra en juego el concepto de “Big Data” mediante el que es posible procesar la suma de grandes cantidades de  información de manera global de una forma tal que nunca sería posible hacerlo con segmentos o datos  específicos aislados.   

Las preguntas que nos surgen pueden incluir dónde está el límite entre vigilar o espiar?  Se puede fácilmente invadir la privacidad de las personas.  Otra cuestión muy sensible se centra en quiénes tienen acceso a estos sistemas.  Podrían ser violados por parte de hackers maliciosos?  En un escenario de estas características, sería como conceder el acceso al Gran Hermano que podría controlar cada movimiento de las personas…

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