"Con la especulación se arruina todo". Viñoly. El arquitecto alertó por los riesgos que tiene la forma cómo crece Punta del Este
Lunes, 07 Enero 2013 00:14

El arquitecto uruguayo Rafael Viñoly recibió el nuevo año en Punta del Este, donde descansa unos días, aunque dice que se mantiene conectado con su oficina central en Nueva York y no deja de trabajar.
Fiexpo 2024 1250x115
Arapey 1250x115
TSTT-1250x115
SACRAMENTO radisson
CIFFT 1250x115
Mintur verano 1250x115
SACRAMENTO - proasur


por Andrés Roizen, desde Punta del Este, para el diario El País

El prestigioso profesional, de 68 años, que diseñó el aeropuerto de Carrasco y proyecta un puente en la laguna Garzón, recibió a El País en su nueva residencia esteña -que se está terminando de hacer en las afueras del balneario- con el estricto compromiso de no tomar imágenes de la fachada ni revelar el lugar donde está ubicada. Viñoly dijo que siempre quiso tener un lugar en donde estar "tranquilo". Allí cuenta, por ejemplo, con un auditorio con unos 30 sillones donde toca el piano. Afirma que cuando llega al país prefiere quedarse en la casa y no le gusta salir a recorrer el balneario ni tampoco comer fuera de su hogar. En su nueva residencia colocó sistemas especiales de comunicaciones y de energía de manera de no depender de la UTE "que es un desastre total".

"Por cómo está hecha, esta casa podría estar en cualquier lugar del mundo; tiene un nivel de equipamiento especial", cuenta, y agrega: "Hacerla fue como un ejercicio psicológico, porque uno siempre trabaja para otros". A continuación, un resumen de la entrevista:

-¿Es realmente un lugar único Punta del Este?

-Es único, totalmente. Parece Toscana, pero está al lado del mar, podría ser una mezcla del Caribe con Southampton, es una cosa muy particular.

-Desde lo arquitectónico, ¿le gustan las obras hechas aquí?

-No, primero la tipología me parece que está mal, la idea detrás de todo esto, y desde el punto de vista del diseño es un refrito total, es una copia.

-¿Cómo cambió el balneario?

-Vengo a Punta del Este desde que tengo cinco años, así que vi todo el proceso de evolución de la costa y si bien en muchos aspectos ha mejorado, en muchos aspectos ha bajado de nivel, que no tiene que ver con el tipo de público que accede, es básicamente el tema de la especulación inmobiliaria. Es un tema fundamental controlar y tiene que haber una clara idea de qué es lo que se quiere hacer con el país como reserva natural.

-¿Le faltan esas ideas al país?

-Si bien el gobierno tiene una acción importante en ese sentido, hay mucho que se puede hacer para realmente lograr que este lugar tenga las protecciones que es importante tener. Hay ciclos de entusiasmo en las economías que son peligrosos, porque un poco se deja hacer cualquier cosa y la gente, sobre todo las administraciones locales, piensan que el turismo es la única fuente de ingresos.

-En Punta del Este hay construcciones nuevas por doquier, ¿es ordenado el crecimiento?

-No, no me parece que esté siendo ordenado. Está bastante mejor controlado que antes, pero en estas cosas lo más difícil es darse cuenta del valor que tiene el lugar en sí mismo, por parte de la gente que habita el lugar. La gente no se da cuenta lo importante que es tener una oportunidad de desarrollo controlada y se deja llevar por las oportunidades más o menos rápidas. Este es un lugar que con muy poco planeamiento se puede convertir en un sitio donde la gente y el capital puede instalarse con seguridad y en forma permanente. Son temas que son de orden completamente estratégico y en el fondo tienen una realidad política difícil de explicar, pero que es de verdad el centro del problema de los próximos años, que es qué país o qué lugar uno le parece que quiere y puede tener.

-¿La clave es qué tanto avanzan los nuevos desarrollos?

-Ese balanceo entre el desarrollo y el no desarrollo es falso, porque siempre hay desarrollo, el problema es qué tipo de desarrollo. El tipo de desarrollo que existe acá está basado en esta especulación de corto plazo y de resultado incierto, porque para mí hay una prueba fundamental que son los pocos meses por los cuales la gente viene: el ciclo de beneficio impositivo que tienen las regiones con esta actividad es un ciclo corto, y eso es justo lo que hay que cambiar. La gente no tendría que venir en verano, tendría que quedarse, pero eso es otro esquema distinto.

-¿Cómo se explica esa visión atada al corto plazo?

-Que este lugar sea un lugar dormitorio de 20 días por verano, puede ser, pero ¿para qué? Esto tendría que ser como Suiza, a Suiza la gente no va sólo a esquiar, va y se queda además. Acá no habría por qué aburrirse, esta es una población que no tendría por qué ser de mediana o avanzada edad, tendría que ser un lugar completamente vibrante, que pueda manejarse en relación a cuáles son las cosas que lo hacen distinto a otros lugares en el mundo.

-¿Punta del Este tiene que cambiar su perfil?

-Estos son lugares que se podrían refundar, pero necesitás gente que esté aggiornada de cómo se hace para planificar; acá se puede inventar algo que no exista en ninguna parte.

-¿Se debe pensar el país como destino más allá del turismo?

-Este país, de dimensiones chicas, es una cosa que hay que pensarla como un solo paquete; alguien tiene que pensar no en qué es lo que hacen otros, sino qué es lo que quieren hacer los uruguayos de esta situación. Es cierto que no hay una visión suficientemente informada de la realidad de la posición del país en el esquema global. Si acá existiera una política de inversión en la parte de infraestructura y en la parte educativa, a este lugar no lo para nadie. Y no es un futuro de tres generaciones, esto se puede armar de nuevo en tres años.

-¿Qué pasos hay que dar?

-No es poner un hotel como el Conrad, o hacer cinco edificios, ni siquiera hacer el puente de la laguna Garzón para habilitar eso que sigue siendo igualmente una depredación. Todo el desarrollo de la ocupación del verano puede seguir así por el resto de la vida, pero es de una falta de perspectiva completa. Hay que tener una ley impositiva inteligente, tener una visión de las dos inversiones fundamentales que hacen que el país pueda cambiar en forma estructural que es la inversión en infraestructura y en educación. Después hay que tener una política de inmigración inteligente. Se hace en diez minutos, pero hay que saber qué hacer.

-¿Este es un país burocrático, lento, como se dice siempre?

-Es un poco lento, pero eso es también porque no hay claridad, lo único que sostiene la continuidad es el proceso, pero no el destino del proceso.

-¿Es compatible Uruguay con el puerto de aguas profundas, con las plantas de celulosa, con la minería a cielo abierto?

-Totalmente, pero todo con un plano, si no hay plano perdiste. Hay que tener una visión global de qué es lo que se quiere que pase, qué lugar se quiere.

-¿Se imagina asesorando a algún gobierno?

-Por supuesto, si yo lo que hago acá lo hago con esa visión. Por ejemplo, este tema que hubo tanta controversia, el puente en Garzón, el puente era una realidad antes de que este problema de la protesta empezara; si me preguntás a mí no hay que hacer un puente, pero si hay que hacer un puente hay que hacer uno que esté bien. Se desfasan los objetivos, la lucha contra el puente no es una lucha contra el puente y ese es el problema fundamental de la dinámica política, es que tenés que decir la verdad respecto a qué estás en contra, de lo que estás en contra es de una política de desarrollo de loteo, y eso estuvo aprobado antes de todo el tema del puente.

-¿Se refiere a proyectos como el de Eduardo Costantini?

-Sí, ese esquema no tendría que poder pasar. Se necesita una visión global de cómo equiparar esto con un objetivo de mayor alcance, que aparte es manejable, porque no es como China o EE.UU., acá desde siempre hay tres millones.

-¿Qué pasa si se mantiene ese desarrollo pensando sólo en quince días del verano?

-Se desbalancea, se arruina todo, como pasó en Marbella. De golpe hacen una cantidad de increíbles porquerías y después quedan ahí y se arruina todo. Si uno viene en marzo se puede preguntar para qué sirven esos miles de metros de construcción que están vacíos: son para gente que especula con poner la inversión en ladrillos y eso es una cosa de locos.

-¿Cómo se contrarresta eso?

-No se puede contrarrestar si no se cambia la idea de qué es lo que se quiere hacer con el lugar y la idea del turismo. Uruguay no tendría que ser un lugar turístico, tiene que ser un país de alternativa y además de turismo. Este es un lugar para vivir, y creo que le faltan cosas para vivir, pero es un país que no tiene demasiados problemas, tiene condiciones que si uno las mira mundialmente no hay muchos lugares como este.

-¿Políticamente se identifica con la izquierda?

-Sí, me identifico, pero si la izquierda se asocia con negar la propiedad privada y falta de iniciativa individual está frita.

-La educación en el país tiene problemas: elevados índices de abandono, altos grados de repetición, ¿qué implica eso ?

-Un problema fundamental. Hay que actuar, más allá de decir que es prioridad. Pero eso no nos aleja del primer mundo, al revés, el primer mundo está mal educado también.

Portal de América - fuente: El País Digital

Comentarios  

Celebro los conceptos del Arquietecto Viñoly.
Espero Uruguay y los Aregntinos lo interpretemos y actuemos a referendum. Gracias!

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.