Un ministerio como organismo rector del turismo

Lo hemos expresado sin ambages en nuestra reciente charla en Objetivo Turismo, en el caso de Uruguay (y creemos es válido el pensamiento para otros países, especialmente de la región), manejado desde el andamiaje de un Poder Ejecutivo, con la burocracia clásica y perimida en los tiempos que corren, creemos que es inviable.

Se torna mucho más inoperante si se mezcla la gestión con notorios intereses políticos del gobierno de turno para de alguna manera "dibujar" una realidad diferente a la verdadera.

¿La gente no puede viajar porque no le alcanza?, entonces parece que es una buena medida otorgar descuentos nunca vistos, financiar, alentar publicitariamente el turismo interno y de ese modo, "mover la aguja", para evitar el desempleo y la quiebra de las pequeñas y medianas empresas del sector, o sea, la inmensa mayoría.

Visto así parecería ser un plan loable, altruista, solidario, inteligente. Así lo han catalogado en algunas comunidades del turismo regional.

El gran problema es que no había contrapartida para "bancar" tan buena intención entonces...agarrar la maquinita de imprimir billetes es populismo.

¿Que hay que prescindir de un ministerio de Turismo en el esquema de un Poder Ejecutivo nacional?

Si no hay grandes cambios de raíz, si no se elimina la burocracia, si no es manejado como una empresa moderna que se ocupe del registro, el contralor, las estadísticas y la promoción dentro de un marco de inteligencia turística, creemos que, nosotros prescindiríamos de ese tipo de oganismo de modo urgente.

¿Cuál es la solución?

No tenemos dudas, el debate desde la academia. ¿Cóooomoooo?, ¿No existe la academia?????.....

¿Entonces, quien debate con los populistas?

¿Sostener una aerolínea de bandera?

De ninguna manera. En este tiempo que vivimos mantener operativa una aerolínea con el actual formato precisamente de Aerolíneas Argentinas, no solamente no es conveniente. Resulta demencial.

Los países necesitan aerolineas nacionales de referencia, privadas, como por ejemplo Copa Airlines.

Mantener operando un monstruo que precisa monumentales inyecciones diarias de millones de dólares en países donde casi la mitad de sus habitantes están en la pobreza, es además de demencial, inmoral.

No se puede mentir impunentemente al resto de la sociedad alegando soberanía, amparados en la necesidad de la indiscutible conectividad.

Una aerolínea nacional de referencia debe ser privada, en el caso que no se obtuviesen inversores y se decidiese sostenerla desde el Estado, desapareciendo entonces el objetivo de lucro, lo aconsejable sería la contratación de un gerenciamiento que la haga funcionar de modo eficiente y que tenga de parte del Estado, la inversión inicial y un seguro de contingencia.

Nada más, pero también...nada menos.

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