por Sergio Antonio Herrera, desde Tel Aviv

"Deben permanecer en el hotel, el gobierno de Israel ha dispuesto que los turistas no deben abandonar las instalaciones del hotel donde se encuentran, Estamos evaluando las diferentes opciones que tenemos para la salida de ustedes del país. Puede ser para Jordania, a España u otro destino", palabras más, palabras menos fue la comunicación que nos llegó, trayéndonos la seguridad que contamos con el respaldo de un staff profesional como ya estamos acostumbrados.

Apuntes

La llegada al aeropuerto del Ben Gurion ayer, tuvo algunas características que merecen un comentario.

Luego de caminar bastante (como en casi todos los aeropuertos de las ciudades importantes), pasamos por migraciones en un trámite literalmente opuesto al que nos habían comentado y estábamos preparados mentalmente a vivir. Fueron segundos apenas los que le llevaron al funcionario para ver el pasaporte cotejar con el sistema y entregarnos una tarjeta con código (no sellan el pasaporte). luego tomamos contacto con nuestro equipaje y sin pasar siquiera por revisión ocular o tecnológica, nos enconrábamos fuera.

Allí fue donde se complicó la cosa ya que la compañía de taxis con la que habíamos reservado el transfer de llegada no apareció. El vuelo llegó tres horas y media después de lo previsto y nosotros en esta parte del mundo no tenemos cobertura de Internet como si la tenemos en toda América y prácticamente en toda Europa. Tuvimos que hacer una fila de más de una hora para acceder a un taxímetro y esa es otra historia. Un taxista de edad bastante avanzada quien no solamente nos llevó apaciblemente hasta el hotel indicado, sino que nos cobró la misma tarifa que habíamos pactado con la empresa (175 shekels, unos 45 dólares) sino que al llegar al hotel (hay cuatro Leonardo aquí), nos indicó que confirmásemos en recepción si era el hotel que teníamos reservado mientras él nos aguardaba sin bajar aún el equipaje.

Anoche con la reiteración de alertas, cuando quisimos acordar, habían cerrado tanto el restaurante como el bar del lobby. Esta mañana repusimos energías en el desayuno (similar al comentado en la crónica anterior), más parecido a un almuerzo o cena, pero con marcadas diferencias con los "nuestros". Ni fiambres ni frutas por ejemplo, pero bastante pescado, ensaladas, verduras, aceitunas, etc.

Veremos que nos depara la coyuntura y cual será nuestro próximo destino.

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