por Sergio Antonio Herrera, desde Madrid - @DelPDA
Tenemos plena conciencia de que nuestro estilo periodístico es polémico, muchas veces transgresor y aceptamos que en alguna oportunidad, en el afán de ser concisos y muy claros, podemos llegar a ser molestos, o como nos dijo alguna vez, el estimado Director de Comunicaciones de la Organización Mundial del Turismo, nuestro compatriota Marcelo Risi, "te gusta hacer un periodismo incómodo".
Pero lo que realmente escapa muchas veces siquiera a nuestra imaginación, es el efecto que podemos llegar a generar con nuestra forma de opinar, editorializar e informar.
Tenemos la inmensa fortuna de haber sido desde siempre directos y nunca, utilizar malas artes o pegar por la espalda. Uno de los mayores capitales con los que contamos es nuestra agenda de contactos y siempre, cuando encaramos temas "complicados", procuramos anticiparlos o debatirlos previamente con el o los involucrados, por aquello tan viejo pero siempre vigente de "el que avisa no traiciona".
Entonces, por esa postura, pero también por la bonhomía, la comprensión o tal vez por la inteligencia de algunos "afectados" por nuestra crítica, es mucho mayor el número de los que nos "bancan igual" en el trato personal y en algunos casos, en la conservación de los lazos amistosos, a pesar de que en su propio ámbito no entiendan la causa por la cual "no nos mandan a freír espárragos" de una buena vez.
En esta jornada de jueves 23, como va dicho, en la sobremesa con Luis y con Juan, de modo natural se fue dando una conversación que fue retrospectiva; aguda; sincera; por momentos tensa, y lo anecdótico, fue que a pesar de la seriedad de muchos de los temas tratados, durante más de una hora y media nos reímos mucho.
Ambos me han criticado siempre frontalmente, han llegado a decirme que soy "un animal" en ocasiones, pero nunca dejaron de dialogar, de interactuar y de atender el teléfono cuando los llamo o de responder mis mensajes.
"Vos te has peleado conmigo alguna vez, pero yo nunca me peleé contigo", me dijo Luis.
"Vos me has dado con un caño últimamente y no siempre has tenido razón", me dijo Juan.
No es necesario entrar en detalles ni pasar revista de cuáles fueron los temas pasados. Lo realmente interesante es que -una vez más-, coincidimos en que para el futuro inmediato, TODOS debemos tratar de blindar la nueva gestión, ya que coincidimos que debemos darle crédito al equipo jerárquico entrante en el Mintur, pues nos ha quedado claro, sobretodo en las últimas horas compartidas aquí en Madrid con Cardoso y Monzeglio, en las que han demostrado ser receptivos y estar abiertos al diálogo y al intercambio de ideas, con una humildad que estaba haciendo mucha falta.
Cuando salíamos del restaurante, Juan comentó: "Te agradezco esta charla, ha sido un armisticio", lo que provocó la carcajada de Luis quien acotó: "Eso Juan, fue un armisticio".
Hay dos cosas que quedan claras: la primera es que se ha solidificado la amistad. La otra, no tuve que prometer dejar de ser -a veces-, un animal.
Portal de América
Comentarios