La justicia se expidió en el caso de la golpiza recibida por Ramírez a la salida de un boliche bailable en diciembre pasado, decretando la prisión para tres de las cuatro agresoras (hay una cuarta que se mantiene prófuga) por el delito de lesiones especialmente agravadas pero dejó de lado los reclamos y acusaciones de racismo en el mismo hecho. Para quienes nos leen en el exterior, vale aclarar que Tania Ramírez es de raza negra y activista de un colectivo denominado Casa de la Cultura Afro Uruguaya que ha tomado iniciativas que han llegado a presentar por intermedio de una carta abierta, una petición a la Real Academia Española para que quite del diccionario la expresión "trabajar como un negro" e instan a "borrar el racismo del lenguaje".

La penosa decadencia que envuelve a las sociedades que habitamos esta parte del planeta, donde un día si y otro también, debemos habituarnos a que la vida ya no vale nada y que no existen principios y que todo da igual, suele hacer enfrascar a quienes se ubican en los polos, de todos los temas, a intentar prevalecer a como dé lugar en la temática del hecho puntual desplazando tácitamente al sustantivo, como es en este caso, la violencia, que al mejor estilo de los matones masculinos, ejercieron cuatro mujeres contra la denunciante.

Todos debaten ahora en Uruguay acerca de si hubo o no racismo en el hecho puntual y se deja de lado todo lo demás. No importa quien ofendió a quien para que se diera la reyerta; no importa que cuatro mujeres y la agredida salieran a la hora en la que todos van a trabajar, un día de semana de un boliche bailable y alguna de ellas declarara que lo hacían bastante alcoholizadas.

He visto pocas veces el video registrado por las cámaras de seguridad del boliche en cuestión pero a pesar de ello, no me animo a sostener que hubo absoluta pasividad en los testigos de la refriega como alguien dijo y ahora todos repiten. He apreciado gente que intenta separar, ¿habré visto otro video?.

En la medida que sigamos peñarolizando o nacionalizando todo; que continuemos tirando de la piola del racismo, de las opciones sexuales, de las drogas y fundamentalmente de la política, seguiremos cuesta abajo en el despeñadero de la dignidad humana y sin ocuparnos de la educación, de los límites, de  recordar que los derechos de unos, terminan donde comienzan los de los otros.

Soy defensor de la Democracia porque está probado que es el menos malo de todos los sistemas de convivencia pero precisamente por ello, por no ser el mejor sin discusión, todos sabemos que tiene defectos y entre los más grandes está ese delgado hilo que separa la libertad del libertinaje, el libre albedrío del vale todo.

Está comprobado que de nada sirve prohibir, pero nadie me puede convencer que se han agotado las instancias para intentar cambiar todo lo que está mal, o al menos parte de ello. Habrá que organizar congresos de dueños de boliches, seminarios para padres e hijos y empezar a cambiar los horarios de las movidas nocturnas, la permisividad en los centros de estudios y declararle la guerra a la pasta base.

Pero claro, para hacer eso, los legisladores deberán dejar de pensar en su banca y en la próxima elección y trabajar para lo que se les paga y levantar la manito por convencimiento y por principios, dignidad y buena vecindad y no, por disciplina partidaria, excusa con la cual nos tienen hartos a la mayoría de los electores.

Y a la vez, avisarles a los padres permisivos, desentendidos y cómplices, que se terminó el recreo y que deben preocuparse de reencausar o reeducar a sus hijos, a los mismos "con los que no puede", excusa super cómoda si las hay.

No nos sigamos haciendo trampas al solitario y pongámonos de acuerdo con nosotros mismos.

Tengo que volver a citar a Rada pero esta vez para preguntar a cuál de los Rada debo darle la razón, ¿al del video de la casa de la Cultura Afro Uruguaya que le pide a la RAE que elimine la expresión "trabajar como un negro" (click aquí) o al de su propia canción que dice: "Tocá ché negro Rada, tocá y cantá tranquilo que aquí no pasa nada"? .

Nos vemos.

Portal de América