por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Con todos los reconocimientos que uno le debe hacer al equipo ministerial otrora encabezado por el Doctor Lescano y actualmente por Kechichian, los cuales siempre hemos hecho refiriéndonos a la entrega al trabajo, al compromiso, a la creatividad en muchos aspectos, hay una constante que ya la hemos criticado en años anteriores y éste, por lo visto no va a ser la excepción: la casi religiosa adhesión a dar buenas noticias, porcentajes alentadores y minimizar los datos negativos.

Cada vez que escuchamos o vemos este tipo de anuncios se nos representa la utópica idea de "querer tapar el sol con las manos".

Pero en esa práctica, para nosotros equivocada no están solos, cuentan con la colaboración de los medios masivos los cuales repiten la información recibida e inclusive titulan con ella, diarios, revistas, semanarios y también informativos de radio y TV.

Nadie en su sano juicio debería criticar al Ministerio de Turismo y Deporte si la temporada no es todo lo buena que queremos y se precisa.

Las medidas del gobierno argentino condicionando la llegada de turistas de ese país y las variables económicas coyunturales que fortalecen el peso y debilitan el dólar, son elementos más que suficientes para encontrar explicaciones a esa eventualidad.

El equipo de Kechichian hizo lo que había que hacer, aguzó el ingenio, trasladó el problema a Economía y Finanzas y a la propia Presidencia, obtuvo el respaldo buscado y lo promovió con acierto para que en el exterior sepan que venir a Uruguay ofrece ventajas.

Tendríamos no solamente que acostumbrarnos, deberíamos exigirnos ser más precisos en la información y no ofrecer tantas dudas a la hora de comunicar. No vale la pena adornar la información y más que eso, no es necesario.

Por ejemplo, cada vez que se dice que la hotelería de Punta del Este tiene tal o cual porcentaje de ocupación, habría que recordarle al lector, oyente o televidente, que se está hablando de bastante menos del 10% (SI, DIEZ POR CIENTO POR SI NO QUEDA CLARO) de la oferta del balneario.

La Costa de Oro es un solo bache y otra vez no hay guardavidas

Uno de los destinos más buscados por el principal cliente del turismo uruguayo (el ciudadano argentino) es la Costa de Oro de Canelones (para los que aún no se enteraron, que son más de los que pensamos, es el territorio que va desde el primer peaje de la Interbalnearia (Solís Chico) al segundo (Solís Grande), abarcando balnearios como Salinas, Marindia, Villa Argentina, Atlántida, Las Toscas, Parque del Plata. La Floresta, San Luis, Los Titanes, La Tuna, Jaureguiberry, entre otros.

Las calles de la Costa de Oro son un sólo bache, no pasa la aplanadora desde hace al menos seis meses y otra vez, aunque cueste creerlo, no hay guardavidas en las playas.

Si bien es un tema empresarial privado, la foto que ilustra este artículo es bien demostrativa de la gran carencia de conciencia turística de la que aún adolecemos como destino turístico pretendidamente de nivel.

En el flamante Sopping Costa Urbana, hay un sorteo de tres automóviles entre todos aquellos que compren en ese centro. Cada 250 pesos gastados se accede a un cupón y para obtener los mismos hay que ir a atención al cliente en Planta Baja.

El lunes 24 fui a hacer algunas compras con mi esposa y mientras estuvimos allí dentro, pasé varias veces por la larga fila que había para obtener cupones y me llamó la atención que siempre veía a las mismas personas. Además de admirar la paciencia (y el tiempo disponible) de esas personas, me fue muy fácil comprobar el motivo de tanta demora al mirar hacia el mostrador: una sola funcionaria atendiendo. Pasa lo mismo en los supermercados, en las financieras y en los bancos, siempre hay muchas más cajas que cajeros. El usuario uruguayo increíblemente está malacostumbrado a hacer largas filas y soportar largas esperas y ello se debe a que no existe un sistema de resguardo del derecho del consumidor que funcione.

Que esta carencia la soportemos en la interna no quiere decir que la debamos trasladar al turista sin sufrir las consecuencias. Puede que no guarden relación entre sí los ejemplos presentados pero a la hora de medir la conciencia ciudadana y por ende, la que tendríamos que ostentar al ser anfitriones del turismo, podríamos comenzar a encontrarla.

Un país que pretende priorizar al turismo como una de las actividades principales a la hora de generar riqueza, no puede presentar las calles de uno de sus principales productos turísticos absolutamente intransitables por los baches y como TODOS LOS AÑOS, empezar la temporada sin guardavidas en las playas, sea de quien sea la responsabilidad o culpa.

Por eso, si no protestamos por nuestros derechos como consumidores, al menos comencemos a preocuparnos por los de quienes nos visitan.

Nos vemos.

Portal de América