por Miguel Ángel Acerenza, desde Ciudad de Mèxico

EVALUACIÓN DEL TURISMO EN LAS PRIORIDADES NACIONALES

La evaluación del turismo en las prioridades nacionales permitirá conocer el apoyo que, fundamentalmente de índole económico, pueda recibir el sector por parte del nuevo gobierno para impulsar sus propios planes de desarrollo.

Ahora bien, la posición del turismo en las prioridades nacionales en última instancia está dada por la capacidad que este tenga, o que eventualmente pueda tener, para coadyuvar al logro de los objetivos y metas hacia las cuales apuntan los Planes Nacionales de Desarrollo que hayan delineado los aspirantes al nuevo gobierno.

En el caso de gobiernos ya instalados esta evaluación se realiza al más alto nivel de planificación nacional, ya sea la Oficina o el Consejo Nacional de Planificación, dependiendo de la estructura organizacional que la Administración Pública haya adoptado en cada país. Pero cuando se trata de plataformas o propuestas electorales dicha evaluación tendrá que efectuarse en reuniones con el equipo que ha participado en la elaboración de las mismas.

Lógicamente esta labor exige un buen conocimiento sobre la significación del turismo en la realidad nacional, tanto por parte de los representantes del sector, como de los especialistas de los órganos de planificación nacional y, en su caso, del equipo que elabore la plataforma de gobierno de los aspirantes, para asegurar que el sector sea tratado en una forma justa en su capacidad para coadyuvar al logros de los objetivos hacia los cuales apunta el Plan Nacional de Desarrollo previsto por la nueva administración.

EVALUACIÓN DE LA ACTITUD DE LA POBLACIÓN SOBRE EL DESARROLLO DEL TURISMO

Es evidente que el turismo tiene importantes repercusiones sobre la población, especialmente en aquellos lugares donde tiene lugar la actividad turística. Este hecho plantea la necesidad de evaluar la actitud de aquellas personas que, de una forma u otra, pueden verse afectadas por el desarrollo del turismo.
El rechazo del turismo que se observa en la actualidad en varios lugares turísticos (en España, Italia, Holanda, y en otros países) es causa de la miopía de los responsables de la conducción del sector que no han podido ver que se ha sobrepasado el límite de tolerancia que la comunidad puede aceptar de visitantes. Límite que es equivalente a la capacidad de carga que puede soportar un atractivo turístico natural.
Lógicamente la necesidad de evaluar el impacto del turismo sobre la población plantea una interrogante: ¿a qué público, y como debe involucrársele en el proceso de planificación del desarrollo del turismo?. Evidentemente no es algo fácil, pero no imposible, por cuanto en las comunidades existen grupos de personas y entidades que pueden brindar información sobre el sentir y actitud de la comunidad hacia el turismo. Algunos de estos grupos de personas o entidades pueden ser:

a) Personas directamente afectadas por el desarrollo de la actividad turística
b) Líderes de opinión pública local y/o regional
c) Comisiones o ligas de fomento locales
d) Comercio local relacionado

Una vez identificadas las fuentes de información, el problema a resolver es la forma más adecuada para conocer la actitud de la comunidad en cuanto al desarrollo de la actividad turística. Para ese propósito puede recurrirse a las siguientes opciones:

a) El referéndum
b) Las encuestas de opinión
c) Las audiencias públicas (mejor conocidas como consulta popular)
d) Estudios de percepción y actitud

La selección del método a emplear depende de la viabilidad y la experiencia obtenida en la aplicación de estos en encuestas de opinión.

EVALUACIÓN DEL SECTOR EMPRESARIAL RELACIONADO CON EL TURISMO

Si las empresas turísticas constituyen las unidades que elaboran los productos y brindan los servicios turísticos en el sector, y por consiguiente, las que generan los empleos y mediante las cuales se produce la derrama económica en la comunidad, es evidente de que no puede dejarse de evaluar sus expectativas sobre el desarrollo del turismo.

Ahora bien, cuando estas empresas a través de sus representantes integran el Consejo Nacional de Turismo (que tiene que estar estipulado en la Ley de Turismo, como órgano asesor) no existen dificultades para conocer sus expectativas, por cuanto este Consejo, de hecho, como órgano asesor, está involucrado en el proceso de planificación del turismo.

Pero cuando esto no es así, la situación cambia significativamente, dado los intereses particulares de “grupos” que suelen presentarse en esta actividad, incluso entre un mismo subsector, como es el caso concreto de la hotelería donde es posible observar la existencia de varias asociaciones con diferentes intereses (Asociación de Cadenas Hoteleras, de Grandes Hoteles, y Pequeños y Medianos Hoteles). Otro tanto sucede en los Agentes de Viajes y Operadores Receptivos.

Lo importante es que todas estas situaciones tienen que estar perfectamente identificadas, a los efectos de que al efectuar la evaluación se pueda recoger el sentir de todos aquellos integrantes del sector empresarial turístico que, en definitiva, es en el cual se sustenta el desarrollo del sector, y no solo de “grupos” con interéses propios.

La experiencia indica que la forma más conveniente para poder percibir las expectativas del sector empresarial en cuanto al desarrollo del turismo, es mediante la realización de los “Foros Nacionales de Turismo”, cuyas conclusiones deben quedar plasmadas en un documento con las expectativas del sector en cuanto al desarrollo del turismo.

COMENTARIO FINAL

Como lo mencionáramos al inicio estas evaluaciones constituyen un aspecto importante en el proceso destinado a la Planificación del Desarrollo del Turismo porque será a partir de las mismas que se desencadenarán las decisiones que guiarán la conducción del sector en el contexto de la Administración Pública actual o futura.

Por supuesto que ellas no impiden que inexpertos presenten como un Plan Estratégico de Desarrollo Turístico, una simple declaración de intenciones, carente de objetivos y metas sin priorizar, de estrategia definida, ni programas de acción calendarizados a ejecutar durante la vigencia del plan, y este sea aceptado sin observaciones por los órganos responsables de controlar la gestión de los organismos de la Administración Pública.

Pensamos que un error de esta naturaleza es inaceptable y pone en duda la idoneidad en la conducción del sector.

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