por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Pues bien, es evidente que el Presidente de los EE.UU. no tiene el don de profetizar, pues los talibanes ya gobiernan Afganistán, no sabemos por cuánto tiempo, pero habrá que ver cómo se van alineando los países, por lo menos los que tienen peso.
China ya aventuró que estos son otros “talibanes” más racionales, mientras que sus ejercicios militares navales en las cercanías de Taiwán generan preocupación. EE.UU. dice que no la abandonará.
Irán, que fue apoyo de los talibanes en Afganistán, estaría relativamente cerca de convertirse en potencia nuclear y no es fácil “profetizar” como continuará el conflicto judeo-palestino, pero es seguro que ambos lados creen que la cosa terminará con el triunfo de uno y la derrota total del otro. Parecería que la paz no es alternativa, por lo menos negociada.
EE.UU. tampoco abandonará a Israel.
Parecería que el poder hoy se mide por el peso de las influencias económico financieras, el conflicto tecnológico que puede ser de desarrollo o de hackeo, y por el modo de administrar “los miedos”.
Lo cierto es que en este “póker político” ninguno tiene la carta ganadora y los Estados Unidos siguen creyendo que tiene superpoderes, incluso mágicos, como dice Bruni en la nota que referimos en el copete.
La “peste” aún no sabemos sobre su trasfondo, está dejando sesgos indescifrables, pero hemos descubierto que el miedo es un factor intangible de poder y de toma de decisiones por “las gentes”.
En general la gente obedeció y acató decisiones del medioevo, se encerró, dejó de trabajar, de viajar, pero lo peor, también se privó de los afectos o quizás renunció a ellos por el miedo al contagio.
En este panorama descripto de modo “extra corto” parecería que la única preocupación fue y es la económica, y se actuó en consecuencia.
Los estímulos en dólares y euros inundaron las economías en un juego que todos pidieron y siguen pidiendo, pero creo que nadie pensó en las consecuencias y ni siquiera si había otra alternativa a la “emisión”, porque de eso se trató.
En el portal Cinco Días leíamos que, “…El Banco Central Europeo (BCE) se ha mantenido firme en su compromiso de seguir inyectando todo el dinero que sea necesario. Y la Reserva Federal también ha asegurado que aún no es el momento de empezar con la retirada de estímulos, pero muchos analistas ven que ese momento se va acercando” una inflación descontrolada es una de las consecuencias más temidas y EE.UU. ya está en el 5,5% anual.
Como decíamos, no es una buena idea “profetizar”, pero otra cosa es observar las reacciones de “las gentes”, y lo que se ve es incertidumbre sobre lo que se viene, pero no sólo en lo económico.
Pero vayamos al turismo y el transporte aéreo, aún se mantienen restricciones a los traslados y parecería que los “mercados más buscados” son los más vacunados. El miedo.
Pero se advierte más movimientos en el turismo de cabotaje o local. Para el portal El Economista, “…ante la ausencia de niveles de turistas internacionales propios de una temporada estival habitual, es el turismo nacional el que parece estar haciendo posible este buen comportamiento de los ingresos de las compañías. Las expectativas de viaje por ocio de los españoles superan en un 6% a la media mundial, ya que el 82% considera que a partir de ahora harán el mismo número o más de desplazamientos con objetivos no laborales que antes de la pandemia.”
La pregunta que nos debemos hacer es que en este caso España necesita el turismo internacional para fortalecer su economía, el turismo local a esta altura es un juego de suma cero.
Nos decía un amigo recién llegado de París que la “ciudad está vacía” y lo que se escucha en los sitios turísticos es “hablar en francés”.
En Argentina, dice LADEVI que de los últimos 20 años, en 17 el turismo internacional tuvo balanza negativa, es decir “generó deuda”, y el turismo local el cual vuelve a ser parcialmente subsidiado con los planes “Previaje”, genera también consumo pero no incrementa nuestra “riqueza”. No fortalece nuestro sistema económico, a lo sumo lo engorda, no lo nutre.
Según esa misma publicación sigue vigente la idea de subsidiar el total del billete aéreo a quienes lleguen al país y permanezcan un número mínimo de días.
Se apunta al turismo regional, pero en este momento más importante que esos “beneficios” por cierto ilegítimos, es más, los creo ilegales, ( ver ¿Se puede regalar el turismo?), es el de tener vacunada con dosis completas, a un mínimo del 75% de la población, ya que en caso contrario al regresar a sus países los viajeros tendrán que someterse a medidas preventivas.
Como lo decía en la nota indicada en el párrafo anterior, tengo muchas dudas del beneficio que podría generar ese tipo de medidas. Los dólares se cambiarían en el mercado “blue” o marginal, es cierto la oferta podría hacer bajar su precio, pero veamos cual podría ser el nivel de gasto. Minúsculo beneficio.
En Buenos Aires una familia tipo pude alojarse en establecimientos tipo “hostels” pagando entre u$s 10/12 por noche, desayunaría, viendo promociones en diferentes bares de la ciudad por no más de u$ 4,00. Un almuerzo, siempre aprovechando promociones, con diferentes variantes, costaría u$s 16/18, y por igual precio se pude cenar. Es decir, el turismo tipo regional puede vivir en Buenos Aires por menos de u$s 50,00 por día. Para hacer esta estimación tomo un tipo de cambio de u$s 1 = $ 175/178.
Ese “turismo” gasta en lugares marginales, lo que quiere decir que el ingreso por impuestos sería mínimo.
La pregunta es, ese beneficio de pasajes gratuitos y algún tipo de reintegro como se estaría pensando, ¿tiene sentido?, no solo económico, digo también ético y moral.
Con relación al transporte aéreo, el “pasillo angosto” de los aeroplanos está marcando un camino y el uso masivo del ferrocarril en Europa sustituirá el tráfico aéreo en la región. Hoy los Airbus familia 320 y los B 737 cruzarán los mares, su radio de acción crecerá un poco más, en definitiva, es una ecuación de combustible, carga comercial y tarifa; bueno y de precio, esta familia de aviones está por debajo de los cien millones de dólares, mucha diferencia con los de doble pasillo.
Como decíamos al principio, también hay un temor a la conflictividad. Días pasados me decía un agente mayorista: “Lo más grave de Afganistán es que la gente pensará en la posible venganza por los 20 años que estuvieron los norteamericanos y la OTAN allí, y las simpatías de China por ese régimen. El terrorismo y el hackeo irán de la mano…”.
Hablando de terrorismo recomiendo la serie israelí “Fauda” (caos), basada en hechos reales, que se puede ver en Netflix. Me sorprendió su objetividad y ayuda a entender la conflictividad en ese lugar del mundo, pero también temas escabrosos como es la desesperación de la mutua defensa y como ciertos métodos aberrantes, usados naturalmente por las partes, nunca justificables, pueden ser comprendidos y hasta necesarios en esa lógica de vida o muerte.
Si el lector acepta mi sugerencia, le pido preste atención a muchos de los diálogos, en especial cuando el personaje es un funcionario público.
Para pensar y poder ser un poco menos hipócrita.
Portal de América