Argentina, políticas y turismo
Martes, 06 Octubre 2020 19:28

Argentina, políticas y turismo

Dice el economista Miguel Kigel que uno de los motivos que facilitó la salida de la crisis del 2001/2, cuya circunstancia fue muy distinta a la actual, fue la devaluación del peso que pasó del famoso uno a uno a 1x3,50, sin cepo, otro fue la inflación que cayó del 40% al 3% en 2003.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (en agonía y sin idoneidad política)

Un gobierno del mismo signo, de hecho, con personajes similares aunque no esté Nestor Kirchner. Lo están quien fue su Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, presidente “off de record” como lo llamó Carlos Pagni, y Cristina como Vicepresidente. Parecería que no tienen la memoria, la visión ni la capacidad para aprovechar su propia experiencia con relación al tipo de cambio y el gasto.

Hay diferencias, el gasto público era mucho menor, creo que orillaba el 25% del PBI y se contaba con la acumulación de capital y de buena infraestructura hecha durante la última década del siglo pasado. En otras palabras, había capacidad ociosa. En ese sentido el gobierno del 2001 recibió una buena herencia.

Ahora registramos 10 años de estancamiento, niveles de pobreza que hoy deben estar en el mismo nivel del 2001, más del 50%, alta desocupación y para colmo de males la peste, pésimamente gestionada, ya que las muertes superaron las veinte mil personas, la cuarentena cumplió los 200 días (sic) y el gobierno pierde credibilidad por minuto.

Necesitamos motores tipo turbo, que le den velocidad a la recuperación y luego crecimiento, lo que obviamente tendrá los riesgos de la alta velocidad. Pasa que si no corremos la cosa será peor por efecto de la actual inanición y la pobreza podría llegar a porcentajes no imaginables.

La liberación total del mercado cambiario tendrá un primer impacto, nos encarecerá internamente, dicho de otro modo, nos empobrecerá, y la pobreza quizás se incremente unos pocos puntos más por inercia.

Pero lo bueno, por ejemplo, nos abaratará ante el mundo. Uno de los efectos será la facilitación del turismo receptivo que impactará en el comercio, reducto de la clase media, y en el transporte aéreo, en especial a Aerolíneas Argentinas, que deberá auto sustentarse ya que el Estado debería limitarle al máximo imprescindible el otorgamiento de subsidios.

Los dólares que ingresen servirán para financiar importaciones y por el nivel del tipo de cambio, éstas serán las destinadas a los insumos y bienes de capital necesarios para modernizar nuestra industria de bienes y servicios. El mismo tipo de cambio limitará el turismo emisivo, sin necesidad de imposiciones fiscales distorsivas y que impulsan a operar en mercados marginales.

Dentro de nuestra malaria y a nuestro pesar se está generando una oportunidad que sería criminal no aprovecharla. Como decía nuestro profesor de sexto año de filosofía Conrado Eggers Lan, siempre la vida genera oportunidades, muchas de ellas a nuestro pesar, la cosa es tener ese “don” para saber aprovecharlas.

En las economías normales se especula como se facilitará el turismo, y uno de los medios es la posibilidad cierta de que se desate una guerra tarifaria, a tal punto que se habla de una “gestión quirúrgica del precio” que en el fondo consistiría en una baja de los precios que evite la canibalización.

Pues bien, en la Argentina, la liberación cambiaria nos eliminaría esa “cirugía” de la alta precisión, y sabemos que el efecto podría ser inmediato en el turismo limítrofe y regional ya que como lo dije antes, pasaríamos a ser baratos.
Claro, para que este remedio sea efectivo se deberá bajar el gasto público y las ayudas sociales que se compensarán parcialmente con la mayor ocupación que generará el comercio.

Habrá que soportar el dolor temporal, pero será función del gobierno y de la clase política, encontrar los argumentos para una persuasión creíble que de una buena vez nos convenza que el esfuerzo valdrá la pena.

En el caso de Aerolíneas Argentinas deberá convenirse una reducción al máximo de todo tipo de gastos, en especial el salarial, y en todo caso limitar los pedidos de asistencia a lo mínimo para garantizar su seguridad operativa. Los vuelos internacionales de largo recorrido solo se justificarán si como mínimo el 75% de sus ventas se hacen en el exterior, lo que implicará una revisión de destinos y dejar los que sólo facilitan el turismo emisivo, como los de playa, Miami, México y países de Centroamérica.

Si no hay capacidad de gestión para lograr ese objetivo, habrá que pensar en cambios o en suspender ese tipo de tráfico.

Claro, también hay que ofrecer una política exterior amigable y que nos convierta en un destino atractivo y deseable.

En fin, nada es fácil en la vida, pero sin propósito es como pretender navegar sin brújula.

La verdad que hasta ahora, cada vez nos va peor…hagamos algo diferente que además no hace más de veinte años probó su eficacia.

Portal de América

Comentarios  

Excelente!. Es tan sencillo! sólo hacen falta Sentido Común, Coraje e Inteligencia. Tres atributos MUY ESCASOS O CASI NULOS en la política argentina.

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