La tristeza de Buenos Aires
Viernes, 10 Julio 2020 16:00

La tristeza de Buenos Aires

Diariamente debo caminar un mínimo de tres kilómetros y hacer algunos ejercicios que en esta centenaria cuarentena, los tengo limitados al espacio de mi casa. Hoy, quizás porque es feriado, tomé conciencia de la tristeza de esta Buenos Aires a la que le han suspendido su vitalidad, y vi otras cosas que se las paso a contar…

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por Luis Alejandro Rizzi, desde la triste Buenos Aires (y  una cuarentena agotada que sirvió para hacer más daño que bien)

Fui caminando por Azcuénaga hasta Santa Fe, me crucé con personas que dormían, como podían. Una pareja que estaba ya por Avenida Santa Fe, pude oir cómo la mujer le decía a la otra “voy al baño, luego vas vos” no sé dónde estaría ese baño, menos sé que servicios le ofrecería.

Caminé  unos cuadras, vi locales en alquiler ofrecidos por varias inmobiliarias a la vez y otros que anunciaban su cierre definitivo.

El comercio es como la sangre de un barrio, de una ciudad, es lo que le da vida. Verlos cerrados me daban una visión lúgubre, como esos sueños en los que confundimos la vigilia con la fantasía. Hubiera querido que fuera un sueño.

En la puerta de un Carrefour una joven con su bebé me pide dinero para pañales. Seguí unos pasos y luego retrocedí, “Qué pañales necesitas?" Ingresé al super y le compré un paquete, que creo traía 17, estaban en “precios cuidados”. Se los entregué, me dio las gracias y vi que comenzaba a cambiar a su bebé. “La leche me la regalan”, me dijo. Entré otra vez y le compré otro paquete, por lo menos tendrá para diez días.

¿Y el estado donde está, pensé….? me respondí con otra pregunta, ¿dedicado a la cuarentena…?

Una mujer que presenció ese momento se me acerca y me dijo con repugnante suficiencia ¿Quién las manda a tener hijos…?

Luego cambié de rumbo y enfilé en dirección sur, llegué a la calle Azcuénaga y Corrientes y desde allí segui derecho, mi idea era llegar hasta Avenida Belgrano, unas diez cuadras. Otra vez, fueron varias las personas que vi durmiendo en la calle, la temperatura oscilaba, según mi celular en los ocho grados. En casi todos los casos no faltaba el fiel perro.

En la esquina de Pichincha y la anterior a Belgrano, donde hay un shopping que creo está desactivado, queda el Coto otra cadena de super. Me llamó la atención de un “sin techo” que le estaba dando lo que me pareció era una medicina a su perro. Me acerqué y le pregunté qué le pasa. Tiene un problema intestinal y le tengo que dar estas gotas que me cuestan $ 280,00 el frasquito, pero “don no se preocupe, a él sí que no le falta nada….”

Luego bajé hasta Rincón y al 600 vi un grupo de más o menos 50 personas que recibían una merienda, un vaso de mate cocido con leche y un pan. Varias personas tenían el “look” de una clase media, quizás los que hasta no hace mucho se ubicaban entre el tercer y quinto decil del nivel de ingresos.

Me quedé mirando a una persona, no sé por qué motivo, “sabe me despidieron y el patrón no me pudo pagar ni un peso….”; solo atiné a decirle, “Dios quiera que vengan tiempos mejores”.

En la esquina de Sarandí y Avenida Independencia hay una bar que se recicló hará unos meses, también había una fila de unos 25 o 30 personas. Parece que algunos días a la semana ofrecen raciones de desayuno y otros días de almuerzo, hoy (10 de julio) estaban dando mate cocido con una factura.

Siempre el estado ausente…aumentando impuestos y los políticos buscando vericuetos para darle una moratoria al grupo de Cristóbal Lopez para pagar impuestos que retuvo ilegalmente, como es el impuesto a los combustibles que jamás fue incluido en moratoria alguna. Pero para esos el estado está “omnipresente” para ayudar…¿a la corrupción?

Regresé caminando por Rincón hasta Avenida Rivadavia, seguí viendo gente “sin techo” algunos que piden para “comer algo” y algunos otros con chicos.

Alguien estará ponderando lo que significa todo esto, y lo cuento porque ya es un hecho que la mitad de los argentinos ya somos pobres e indigentes y la otra mitad estamos a merced de las garras del estado y de las ambiciones personales de una clase política que no fue capaz, ni siquiera por “coaching”, de renunciar al uno por ciento de sus salarios.

Decía ayer, en este PDA, Aerolíneas Argentinas, que mantenemos entre  todos, incluso los pobres e indigentes, pagó durante el año pasado, en concepto de honorarios a sus directores, gerentes y síndicos la suma de casi u$s 380.000 y pico de dólares por mes. Es sólo un mínimo ejemplo.

Con esto es suficiente, Buenos Aires está muy triste y ayer empezó a expresar su bronca. Tenemos que independizarnos de esta esclavitud a la que nos están sometiendo, no sólo mediante cuarentenas, sino por el tiempo que nos han hecho perder ya que fueron incapaces de prevenir lo que querían prevenir. Esto quiere decir que no les sirvió ni el diario del lunes, del martes ni del miércoles….

Ayer fue el día de la Independencia….

Seguimos en deuda…

Portal de América

Comentarios  

Otra vez debo reconocer que estás en lo cierto. No estoy en Buenos Aires ni soy porteño, pero lo sufro como argentino.l
Te aplaudo de pie Luis, sos el vocero de una gran mayoría de la sociedad que está harta de esta 40tna. forzada. Como vos camino diariamente por distintos lugares de la zona norte y oeste de la Capital y inclusive paso a la provincia a compartir un café, siempre con el mismo amigo, otras veces me voy hasta retiro y muchas otras me voy al Noreste para transitar por la costanera y ver el querido Aeroparque de la Ciudad cerrado y prácticamente en estado de abandono los aviones parados y no se escucha ningún ruido, que tristeza...y desazón estimado Luis, se me estruja el corazón...que liberen cuanto antes la actividad aérea con las restricciones lógicas del cuidado de la salud Y medidas de seguridad, pero que lo hagan cuanto antes, la actividad aérea no soporta más y los usuarios tampoco.

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