por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (en cuarentena centenaria y el famoso pico ¿un error de cálculo…?)

Días pasados tuve una interesante conversación con una buena fuente que en un castellano básico me dijo con relación al gobierno, “cuando no hay…no hay, y ahora se viene el peor ajuste, porque será impuesto por los hechos…”.

En otro tramo me decía que no hay clima de negocios en la Argentina. Así se fueron LATAM, AXALTA, BASF, se irá una autopartista francesa que fabricaba parabrisas (efectivamente ayer se hizo el respectivo anuncio, se trata de  Saint-Gobain Sekurit), algunas inversiones que estaban en vista se congelaron, la conectividad aérea con el país se retraerá y “…no te cuento sobre el cierre de más de cien mil comercios, basta con caminar por las callecitas de Buenos Aires…”, parafraseando los versos de Horacio Ferrer escritos para Balada para un loco”

A ese panorama debemos agregar que aún la negociación por la deuda con los acreedores privados con jurisdicción extranjera sigue un rumbo incierto, y luego se vendrá la negociación de fondo con el FMI. Lo cierto que el estado por ahora no tendrá crédito, el ahorro interno es insuficiente y parecería que la emisión para financiar esta “centenaria cuarentena” deberá tener un límite.

La  recaudación caerá en términos reales de donde la escasez impondrá un férreo control del gasto.

Es obvio que el presidente de Aerolíneas Argentinas la ve venir y que no recibirá el nivel de subsidios/aportes del estado que había estimado antes del covid 19.

Eso explica la carta que envió a todo el personal siguiendo una rutina que había impuesto Isela Costantini. Personalmente no creo en la eficacia de ese medio ya que denota un modo muy sutil de imponer y justificar decisiones posteriores de difícil digestión.

En cierta forma es un modo de poner un límite entre la dirección y el personal.

Pablo Gerchunoff, Martin Rapetti y Gonzalo de León escribieron un artículo que se tituló “La paradoja populista”, y en la parte final abogan por un acuerdo novedoso que implica la participación del personal en la participación accionaria de la empresa. Veamos: “…La historia pareciera sugerir que en situaciones en las que prevalece el conflicto distributivo ese argumento no es suficientemente persuasivo.

Podría resultar atractiva, en cambio, una propuesta más audaz basada en un intercambio entre trabajadores y empresarios, en el que los primeros cedan ingreso presente a cambio de dividendos futuros. Esto último podría implicar, por ejemplo, alguna forma de propiedad de un porcentaje del paquete accionario por parte de los trabajadores. La transacción podría fundarse en "Razones de equidad.”

Nuestros lectores saben que una idea similar vengo proponiendo desde hace tiempos que apunta a la participación del personal en la dirección de las empresas, debiéndose establecer un procedimiento gradual, convincente y concreto con tal fin cuyo plazo de ejecución dependerá de cada caso. Hoy conducir una empresa implica capacidad de persuasión  por parte de todos sus integrantes, es el único medio que veo para poder superar los malos momentos, como el presente y obtener mayores beneficios cuando los resultados son buenos y una garantía permanente para mantener la fuente de trabajo.

El sistema de cartas no va en esa dirección, más bien opera como un condicionante para intentar neutralizar cualquier reacción. Por otra parte es un modo también sutil de esconderse o de no “jugarse la piel”, como dice Nassim Taleb en un libro que lleva ese título.

En el ejercicio del año 2019 la empresa pagó en concepto de Honorarios y retribuciones por servicios  $ 249.789.381,00 que representan la suma de u$s 4.184.777,70 o u$s 348.731,47 por mes, que suponemos corresponde a “Retribuciones de administradores, directores y síndicos, según lo marca el art. 64 de la ley 19550.”

Parecería que la caridad debiera empezar por casa.

Parece una obviedad que esta vez Aerolíneas Argentinas deberá ajustarse y pensar en “vivir con lo suyo”. ¿Será posible?

Como consuelo podemos decir que el ajuste será universal y que el mundo luego de esta curiosa pandemia estará más pobre, y esperemos que esta impresionante burbuja que creó la cultura financiera estalle definitivamente y se vuelva a lo que se da en llamar “la economía de verdad”, o si prefieren “economía real”.

Veremos y lo digo con todo respeto, si aprendemos de la experiencia de los animales que nunca vuelven a tropezar con la misma piedra…

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