por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires

Es cierto, el próximo gobierno recibirá un duro y pesado legado que podemos sintetizar diciendo, el déficit fiscal es de un 7,5% anual y los recursos genuinos solo financian el 3%, el resto se financia con emisión; la inflación ronda entre el 25/28% anual, pero ciertos precios se incrementaron mucho mas; la pobreza ronda el 28%; el salario promedio es de u$s 400 mensuales, si lo medimos por el dólar “blue” que este lunes 26 habría bajado de $ 16.05 a 15.00 por el efecto “Cambiemos”; el Banco Central solo tendría menos de u$s 10 mil millones de libre disponibilidad; la presión fiscal resuelta intolerable; los bienes públicos son de mínima y de pésima calidad; las distorsiones de precios relativos han llegado a límites absurdos; el desorden institucional es total; el Poder Legislativo está al servicio del Poder Ejecutivo; el Poder Judicial tiene más de 250 magistrados que obran como jueces, pero no son tales ya que no fueron seleccionados según el procedimiento fijado por la Constitución; en suma la Argentina está sumergida en una anomia total.

Como hemos visto, Carlos Pagni se quedó corto al limitar la herencia a solo los “…inquietantes problemas económicos…”

Otra vez fallaron la mayoría de los pronósticos hechos por los encuestadores más renombrados, que anunciaban un cómodo triunfo del oficialismo de la mano de Daniel Scioli, en la primera vuelta en este ballotage a la porteña que construimos los argentinos. Como se sabe, se gana la elección con el 45% de los votos emitidos, no se cuentan los votos en blanco o con una diferencia de más de 10 puntos si se consigue el 40% de los votos totales.

El mismo día viernes 23 tuve una encuesta de las llamadas serias que vaticinaba el triunfo del FPV (Scioli) por un mínimo de 8,5 puntos y al borde de lograr la presidencia en primera vuelta. 

Lo cierto es que ocurrieron dos sorpresas. La mayor fue el triunfo de María Eugenia Vidal en la Provincia de Buenos Aires, bastión continuado del peronismo desde 1987. La otra sorpresa fue la mínima diferencia de casi tres puntos del FPV (Scioli) sobre “Cambiemos” (Macri) en la elección presidencial.

En mi opinión, “Cambiemos” ganará el ballotage del 22 de noviembre próximo y Mauricio Macri será el tercer presidente no peronista desde la vuelta al régimen constitucional en 1983.

En el Congreso Nacional, el FPV perderá su mayoría en la cámara de diputados pero tendrá un bloque de 100 diputados que puede ejercer un decisivo poder de veto. En el Senado tendrá 42 senadores y lo ubica muy cerca de la mayoría de dos tercios o 48 votos, necesarios para designaciones de magistrados judiciales y funcionarios en ciertos órganos de gobierno, como el Banco Central.

Como vemos, el próximo 10 de diciembre, si se cumple nuestro pronóstico, comenzará una etapa novedosa de la vida política argentina y se pasará de doce largos años de vergonzosa sumisión y obsecuencia, a una etapa en la que la negociación política y el consenso serán indispensables para garantizar eso que se llama “gobernanza” o legitimidad de ejercicio.

En un primer momento, los mercados parecieron saludar con euforia la posibilidad que “Cambiemos” acceda al gobierno, como dijimos bajó el precio del dólar un 4 o 5%, el índice Merval subió 6,5% en la bolsa local y en EEUU los bonos y acciones volaron, lo que sería un signo a tener en cuenta en el sentido que la eliminación del cepo cambiario de un plumazo podría ser factible y menos cruento que en un proceso gradual. 

Esta euforia también nos anuncia que la continuación del FPV en el gobierno podría ser nefasta ya que las reacciones serían inversas.

En lo que tiene que ver con el turismo, va de suyo que por lo menos para esta temporada los destinos regionales están vendidos al dólar oficial mas el 20 o 35% de anticipo impositivo, según corresponda, por lo que la eliminación del cepo restringiría en un primer momento las salidas al exterior, ya que el impacto será más sicológico que real, ya que de algún modo el precio del dólar a 14 o 15 pesos ya está asumido. Obvio, se favorecerá el turismo receptivo y algunos estiman que por ese rubro podrían ingresar en 2016 u$s 10 mil millones.

Aerolíneas Argentinas se  verá en problemas, ya que se ha vendido mucho financiado en doce cuotas y dólar congelado en su valor al momento de la compra. Y ese dinero se usó para financiar gastos presentes, con lo cual el año próximo se deberá pagar a $ 14 o 15 o lo que sea por un dólar que se vendió al cambio oficial de $ 9,00 a $ 9,53 que es su valor actual. En este solo rubro, Aerolíneas Argentinas tendrá una pérdida por diferencia de cambio del 60% de lo vendido y no volado.

En fin, días pasados me contaba un empresario extranjero “No te entusiasmes Luis con el eventual triunfo de “Cambiemos”, para generar confianza habrá que esperar por lo menos tres elecciones, ustedes son muy  variables”, luego agregó “… inversores especulativos hay, pero de esos tienen que cuidarse….”

El atraso argentino comenzó allá por 1930, Dios quiera que el 10 de diciembre de 2015, se inicie el largo y difícil camino del crecimiento sostenible en el tiempo, la palabra la tenemos nosotros….

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