El turismo y la precariedad de las rutas argentinas
Viernes, 10 Enero 2014 09:30

El turismo y la precariedad de las rutas argentinas
“…el mal establecimiento de las prioridades es uno de los principales obstáculos a la buena regulación…”Stephen Breyer Juez de la Corte Suprema de los EE.UU.
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Uno de los graves problemas, o mejor dicho, “cuestiones” no resueltas aún en la Argentina es el establecimiento de prioridades, hecho demostrativo de la imposibilidad de elaborar políticas. Por eso la Argentina vive la inmediatez y sólo atina a resolver la sintomatología sin ver las causas. Esta vía lleva fatalmente a la decadencia, que es la historia que estamos viviendo.

Como les contaba en la nota anterior titulada “Turismo que refleja la precariedad de una sociedad”, el goce de vacaciones necesita un marco general de orden. Dicho en otras palabras, que los servicios funcionen, que se pueda circular con seguridad, un marco de normalidad.

Este viaje de más de cuatro mil kilómetros que hicimos con mi mujer en auto nos permitió cruzar varias provincias, Buenos Aires, La Pampa, Neuquén y Rio Negro, y nos hizo advertir que padecemos los mismos problemas, las mismas desidias, las mismas faltas de prioridades y una pésima gestión por parte de los gobernantes.

En algún lugar nos dijeron “sí tenemos problemas, pero la gente viene igual”, y en otro “nos sobran los clientes” en un establecimiento hotelero llamado “A puro Campo”, sito en la ruta 152 Km 40 de La Pampa, caracterizado por su mala atención y falta de educación en el personal de conserjería.

Como contrapartida, deseo destacar la calidad de un establecimiento ubicado en San Rosa, en la ruta 5 Km 604, “La Campiña”, un excelente SPA con un muy buen nivel de atención por parte de su personal. El precio del alojamiento está acorde con sus prestaciones. El precio de la tarifa de mostrador es de $ 845,00, con IVA incluido, la habitación matrimonial, con desayuno y el uso de todas las instalaciones.

En esta nota me detendré en el estado de algunos de los caminos o rutas de las provincias mencionadas, haciendo una salvedad: hay responsabilidades del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales en los casos de las rutas locales.

En la Provincia de Buenos Aires circulamos por las rutas 8, 7 y 5 y la provincial 41 entre Mercedes y San Antonio de Areco.

Iniciamos nuestro viaje por la ruta Panamericana y luego continuamos por la ruta 8, que tiene un tramo en construcción de unos 20 Km entre la ruta 6 y Parada de Robles, no se advierte que se trabaje con mucho entusiasmo. El estado de la ruta 8 hasta San Antonio de Areco es malo, es angosta y el pavimento en estado deplorable. El tránsito es intenso, en especial el pesado. Es indudable que por lo menos hasta Pergamino, la ruta 8 tendría que ser una autovía como mínimo con dos manos por cada vía.

A la altura de San Antonio de Areco tomamos la ruta 41 en dirección a Mercedes. El estado de la 41 es calamitoso a tal punto que hay carteles que indican que la ruta está en mal estado, hecho que se repite también en otras rutas. Se debe circular a no más de 40 Km por hora, es una ruta importante ya que une a la ciudad de Baradero con la ruta Nacional 2 en el Km 180 a la altura de Castelli. El deterioro es de años, lo que demuestra la total falta de gestión. Nosotros la circulamos un sábado y un miércoles, ambos días con tránsito intenso, especialmente de camiones. La calificamos como ruta muy peligrosa.

En Mercedes tomamos la ruta 5, que tiene también un intenso nivel de tránsito hasta la ciudad de Bragado, distante a 200 Km de la ciudad de Buenos Aires. Su estado es lamentable, también es angosta, carece de banquinas y obvio es que por lo menos hasta Carlos Casares en el Km 300 tendría que tener dos manos por vía  de circulación. En algunos sectores se advierte sobre su mal estado. El tránsito se alivia a partir del Km 350 en la ciudad de Pehuajó.

Ya en la Provincia de La Pampa tomamos la ruta nacional 35, también angosta, sin banquinas y su estado demuestra que su mantenimiento es el mínimo indispensable.

Luego seguimos por la ruta provincial 20, recorriendo poco más de 200 km entre La Reforma y su cruce con la ruta 151. Permanentemente hay avisos sobre la cantidad de accidentes que se registran en ese tramo, incluso en un puesto policial fuimos alertados al respecto. Lo que llama la atención es que no haya cada 10 o 20 Km teléfonos “SOS”. En nuestro caso, durante largos tramos carecimos de señal para la telefonía celular, y creemos que en esta época de vacaciones debería haber guardias sanitarias durante las 24 horas. La ruta carece también de banquinas.

Creo oportuno aclarar que para el regreso optamos por la ruta 152, ya que queríamos conocer Casa de Piedra. Pero nos llevamos una desagradable sorpresa,  ya que desde el Km 857 al 742 el estado del pavimento es pésimo. En nuestra opinión debería cerrarse la ruta y proceder a su inmediata repavimentación. Realmente es muy riesgoso circular por la existencia de baches, algunos profundos, deformaciones y en algunos casos huellas. En ese trayecto apenas se puede circular a 30 o 40 Km por hora como máximo. En la localidad de Puelches nos previnieron sobre el mal estado de la ruta, pero a esa altura uno ya está jugado. Cada tanto hay carteles que al igual que  en la ruta 41 nos hacen saber que está en mal estado. Obviamente al inicio, cuando uno se desvía de la RN 22, no hay aviso alguno que alerte sobre el mal estado del tramo indicado.

Retomando nuestro itinerario, a San Martin de los Andes ingresamos por la ruta nacional 22, que cruza parte de la ciudad de Neuquén, por cuyo motivo se demora mas de una hora para recorrer solo 18 Km hasta Plottier. Desde allí la circulación se alivia. Se trata de una suerte de autovía con semáforos que cortan la circulación en cada uno de ellos, y en algunos casos la espera se hace más larga, ya que se permiten giros e ingresos hacia y  desde la izquierda o la derecha.

Es oportuno aclarar un vicio en el diseño de nuestras rutas que se mantiene en la actualidad, y es que en general cruzan ciudades. En esos casos los trazados deberían modificarse para circunvalarlas, esta debería ser una prioridad de las autoridades, además se ganaría en seguridad vial.

Luego se continúa por las rutas nacionales 237 y 40, las que también tienen un mantenimiento mínimo y en todos los casos se carece de una mano alternativa para la circulación de camiones en tramos de ascenso, ya que las partes sinuosas resulta imposible adelantarse con lo que se forman largos trencitos. Luego, en las partes que es posible el sobrepaso, se cometen todo tipo de imprudencias para recuperar el tiempo perdido.

En el camino de los “siete lagos” la ruta 40 luce impecable y la belleza del paisaje nos convierte en privilegiados personajes de una soñada fantasía. Hay aun varios tramos en esa ruta de ripio y su estado demuestra escasos trabajos para mejorar la circulación.

Nosotros desistimos de llegar a Villa Traful, ya que el acceso desde la ruta 40 tiene tramos que los hace casi intransitables para vehículos comunes. No se advierte tarea alguna por parte de las autoridades de vialidad nacional para facilitar el acceso. En este momento se estaba anunciando la pavimentación del tramo de unos 40 Km de la ruta 40 que une a San Martin de los Andes con Villa la Angostura.

A nuestro regreso debimos pasar por la ciudad de Chacabuco, mi pueblo natal, y desde allí hacia Buenos Aires tomamos la RN 7, que también tiene todos los vicios señalados. En algunos tramos se están realzando trabajos de mantenimiento, y entre San Andres de Giles y Lujan está en construcción una nueva pista de circulación para convertirla en “autovía”. Lo cierto es que hasta Junín debería ser una autopista o bien autovía con dobles carriles en ambos sentidos

En general el estado de aseo de los baños deja mucho que desear, salvo alguna excepción en alguna estación “Petrobras”.

Los argentinos somos “fierreros” y no tengo duda que con mejores caminos y mejor infraestructura podría haber mucho más movimiento y además se abrirían nuevos destinos.

De este breve relato surge que la Argentina carece, entre otras cosas, de una buena política de transporte y dentro de ese rubro, sobre mantenimiento, desarrollo y construcción de rutas.

En nuestra opinión, debería fijarse prioridades y me atrevo a afirmar que es esencial rediseñar todos los accesos y egresos de la ciudad de Buenos Aires, en todas sus rutas, por lo menos hasta una distancia de 300 km, sin perjuicio de plantear una alternativa ferroviaria que por lo menos alivie el transporte de cargas.

Diría que en materia de rutas estamos en la inminencia del colapso.

Portal de América

Comentarios  

Hola, la mitad de lo que dice es falso. Yo voy muy seguido al sur x la 5,35,152,143,20,151,22,237 ,etc y las rutas son rutas cuando son una sola mano de cada lado...eso si tendrían que estar en buen estado el asfalto xsupuesto. en la 20 tenes 200km sin nada xke es obvio que no lo hay ya que es un desierto y eso atrae esa ruta.la 5 esta impecable!! la 151 tmb. la 35 tmb y la 237 no se asfalta a nueva xke esta aspera asi xel tema del hielo. Me indigno leer los comentarios de este señor ya que para el tendría que ser todo autopista y sin ningún auto delante de el. que se tome un avión y ya. gracias por el espacio.

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