por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Lo que el administrador general de la AFIP D. Ricardo Echegaray había negado hace unos días se concretó de la noche a la mañana llevando al 35% la percepción fiscal sobre todo gasto hecho en el exterior pagado con tarjeta, gastos turísticos, billetes para viajes al exterior cualquiera fuere el medio de transporte elegido y la novedad para la compra de moneda extranjera en el llamado todavía MERCADO UNICO Y LIBRE DE CAMBIOS.

De hecho existe a partir de ahora un nuevo dólar, el “dólar turístico” cuyo precio será un 35% mayor sobre la cotización del día inmediato anterior fijada por el Banco de la Nación Argentina, al día de hoy $8,33 por dólar (3/12/2013).

Lo paradójico es que la AFIP ha devaluado el dólar sea para fines turísticos o para compras en el exterior pagadas con tarjeta de crédito, ya que como dijo Pepe de la Cueva los “dólares se van…. Y no vuelven…”.

Más paradójico aun es que en el mercado libre y único de cambios el dólar cerró hoy a un precio de $ 6,16, precio virtual porque como diría el General Perón quién vio un dólar a 6,16…pero allí está.

Otra de las mentiras verdaderas o verdades mentirosas, como lo quieran ver, a las que nos tiene acostumbrado el gobierno.

Es muy difícil que esta medida tenga impacto en lo inmediato porque ya prácticamente en materia de turismo se vendió todo para este verano y las ventas incluso han llegado hasta las próximas vacaciones de invierno de donde hasta estas compras anticipadas se han convertido más en una inversión que en un gasto….algo casi imposible de explicar.

Cuesta hacer entender que la gente no lo quiere al PESO porque mantenerlo significa perder y que la inflación dejó de ser problema para convertirse en “cuestión”.

Si bien el 35% es una percepción, su valor se mantiene en términos nominales de donde por efecto de la inflación esa percepción va perdiendo valor con el correr de los meses ya que en materia fiscal no se reconoce el ajuste por inflación salvo en casos muy especiales.

Por otra parte esta medida llega tarde ya que tantos rumores corrieron en los últimos meses de los que nos hicimos eco en nuestros “Dialoguitos en el Galley” que las ventas por turismo se potenciaron al punto que el gasto por este rubro durante el primer semestre fue de u$s 4.500 millones y según algunas estimaciones este egreso podría superar los u$s 10 mil millones.

En verdad no se le puede echar la culpa al turismo, sino a la pésima política llevada adelante por el Banco Central, a la inflación por causa de la emisión para financiar el crecimiento del gasto público para sostener políticas populistas que están dejando al país al borde del colapso energético, sin infraestructuras modernas que encarecen el transporte penalizando ventajas comparativas y perjudicando a quien menos tiene.

El gasto en turismo fue uno de los síntomas de una enfermedad económica que se trata recurriendo a curanderos, brujos o métodos sibilinos que son aquellos que  según una de las acepciones de la RAE significa  “Misterioso, oscuro con apariencia de importante”.

La Argentina sufre lo que en psicología se llaman procesos disociatorios que significarían que los procesos mentales de los funcionarios están desintegrados e imperan automatismos psicológicos que funcionan sin control alguno y que encuentran sustento en eso que se dio en llamar error fundamental de atribución, en los que las culpas siempre están en el otro lado.

Lo grave es que están convencidos… de que se puede devaluar sin devaluar…y que la culpa es del turismo….

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