por Alejandro Spera Reguitti, @alejandrospera
La ciudad elegida fue Santiago de Chile, que posee dificultades adicionales frente a la posibilidad de ocurrencia de una emergencia durante el cruce de la cordillera de Los Andes. En efecto: buena parte del vuelo tanto la tripulación de vuelo como los tripulantes de cabina fueron sometidos a la simulación de diferentes escenarios de emergencias que deben sortear sin observaciones.
Algunos simulacros incluyen despresurización con la caída de las máscaras de oxígeno, fuego a bordo (en lavatorio, en la cocina o inclusive fuego causado por la explosión de baterías de equipos electrónicos), emergencias médicas con el uso del desfibrilador a bordo, y hasta la posibilidad de realizar un alternado hacia otro aeropuerto.
Esto demanda un alto nivel de conciencia situacional por parte de la tripulación, para estar atento a cualquiera de estas circunstancias que proponen sorpresivamente los inspectores de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (DINACIA) que se encuentran a bordo.
Una vez arribado al destino comienza otra fase del control: la inspección al equipo de mantenimiento en tierra, despacho de vuelo, coordinación de operaciones de rampa, simulando alguna exigencia fuera de rutina, de modo de observar el desempeño y forma de solución.
Afortunadamente, tanto las dos tripulaciones que participaron en los vuelos, como el personal de tierra afectado a la operativa demostraron altos niveles de eficiencia, por lo que fueron considerados satisfactorios por parte de la Autoridad Aeronáutica.
La felicidad de la tripulación al descender luego de las 5 horas de vuelo ya de regreso en Carrasco, mezclada con abrazos de emoción con el equipo de asistencia en tierra, muestran el alto nivel de compromiso y la pasión de volar. Según lo expresado por el Comandante Alfredo De Angelis, minutos antes de comenzar el primer descenso hacia Montevideo: “para muchos, el cielo es el límite. Para nosotros es nuestro hogar. Bienvenidos a casa.” Por su parte, los tripulantes de cabina —que retomaban sus actividades luego de 3 años del cierre de la excompañía PLUNA— exclamaban “fue como si nunca hubiera dejado de volar.”
El Comandante Aníbal Perera, al finalizar el segundo vuelo mostraba su satisfacción por la nueva prueba superada. “Qué avión lindo de volar…” La “chanchita” (como se lo conoce al Boeing 737 en la jerga aeronáutica) es un avión noble y el “habitat natural” de las tripulaciones. De hecho, es el avión más volado del mundo.
El país vuelve a tener alas gracias a los trabajadores que impulsaron un proyecto tan ambicioso, contra todos los pronósticos. Hoy cruzaron Los Andes por segunda vez, esa cordillera que siempre resulta un desafío y nos recuerda el dolor de aquella tragedia del 13 de octubre… fecha que coincidió con la realización del primer vuelo de demostración hacia Chile. Y volaron, simularon y demostraron que lo pueden hacer de manera segura y con altos niveles de calidad.
Aún restan dos instancias más que se cumplirán hacia Asunción del Paraguay, otro de los destinos a los que ALAS Uruguay volará de manera regular. En el PDA seguiremos de cerca los próximos vuelos y compartiremos con ustedes los pormenores de este proceso que va llegando a su fase final de aprobación del Certificado de Operador Aéreo.
Portal de América
Alas Uruguay: primeras 10 horas cumplidas a satisfacción
Viernes, 16 Octubre 2015
El Boeing 737-300 CX-OAB volando ayer hacia Santiago de Chile
Este jueves 15 de octubre tuvo lugar la segunda operación de ALAS Uruguay, en el marco de los llamados vuelos de demostración, donde la nueva compañía aérea debe realizar un servicio completo de ida y vuelta a un destino internacional, de modo de validar su capacidad para brindar el servicio eficazmente y de manera segura. De esta forma, sumado el primer vuelo también a Santiago de Chile del pasado martes 13, se cumplieron a total satisfacción las primeras 10 horas de vuelo de la compañía.
Comentarios