por Lic. Alejandro Spera - @alejandrospera

De acuerdo a los pronósticos realizados por Randy Tinseth, vicepresidente de marketing de Boeing, para los próximos 20 años el mercado latinoamericano incorporará 2.950 aeronaves nuevas de pasillo simple. Este es el segmento de producción más dinámico y de mayor crecimiento de la industria aerocomercial.  Viene de la mano de la fuerte demanda de los pasajeros que aspiran a volar cuándo quieren y adónde quieren, junto a la necesidad de conectividad inter-regional, por lo que la situación del Uruguay es estratégica frente al tránsito de pasajeros entre los países Argentina y Brasil.

El motor de crecimiento económico mundial viene impulsado por la liberación de los mercados y el rápido avance de países emergentes, acompañado por fabricantes de aeronaves que apuestan a la funcionalidad, confort, y el consumo eficiente y sustentable del combustible, junto a estrategias agresivas de venta de las compañías aéreas y la generalización de las LCC (compañías low-cost). Otros factores de impulso incluyen la competencia marcada por desarrollo y popularización del tren de alta velocidad y la infraestructura vial. 

El Uruguay no es ajeno a esta realidad macroeconómica e impulso de crecimiento.  De todas formas, no debemos olvidar que el impacto de la crisis de la conectividad ha generado un lucro cesante a la fecha para el país que supera con creces los 1.000 millones de dólares, considerando apenas la facturación de la industria aeronáutica y sus proveedores directos.  Por ello, hay mucho camino por recorrer a partir del lanzamiento de Alas Uruguay, que servirá como aerolínea nacional de referencia para el país.  El pronóstico de crecimiento de la región de un 3,9% en promedio para los próximos 20 años -superando la media mundial de un 3,2%- representa una gran oportunidad para este sector que es estratégico para la economía, turismo y sociedad uruguaya.

En este sentido, el Boeing 737 es considerado el “corazón del mercado”, el 75% de las entregas de aviones se enmarcan en esta categoría.  Se trata de una aeronave lo suficientemente flexible para compañías aéreas en expansión en cuanto a flota y frecuencias.  En los últimos 15 años, la demanda en relación a la capacidad de asientos requerida para este tipo de aeronave converge hacia los 160 pasajeros; se trata de un avión ideal para la operación prevista por Alas Uruguay, que optará por la versión 300 con 134 asientos.

El Programa de producción del Boeing 737 en su versión MAX dará como resultado más de 620 aeronaves operativas por año, un número jamás alcanzado hasta el momento en la industria aeronáutica.  Actualmente, se producen 42 equipos de estas características por mes.  Se han realizado 12.000 órdenes de compra por parte de 266 explotadores aéreos, 6.800 de los 737 Next-Gen y más de 2.200 de la versión MAX.   Copa Airlines y Aerolíneas Argentinas operan en el Aeropuerto de Carrasco con sus frecuencias diarias hacia Panamá y Argentina, respectivamente.  Sólo resta la re-certificación de la aeronave y la obtención del Certificado de Operador (AOC) por parte de la nueva aerolínea Alas Uruguay, para lograr la matrícula uruguaya y así estar en condiciones de volar.

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