por el Lic. Alejandro Spera, @alejandrospera en Twitter

Pero lo cierto a nivel del consumidor, es que tenemos conexiones que sólo verifican sus velocidades en los anuncios de ANTEL: son velocidades virtuales, no reales.  Tanto los planes 3G como el VERA de fibra óptica no están entregando la cantidad de datos que promueve el operador monopólico a través de su publicidad.  A modo de simulación, durante algunos días previos a la publicación de este artículo, realizamos algunas pruebas en puntos céntricos de la ciudad de Montevideo con las tecnologías 3G y fibra óptica para descubrir que no logran llegar al 50% de lo que ofrecen.  En el caso de la banda ancha móvil (BAM), apenas alcanzó el 25% de lo prometido por el Ente Autónomo.  Claro está, en el contrato se establece que se proveerá acceso de “hasta” determinada cantidad de Mbps (Megabits por segundo). 

Este simple test, que puede realizarse mediante varias aplicaciones gratuitas que se descargan de Internet, muestra la velocidad de descarga/carga en tiempo real.  Si hiciéramos un análisis cuantitativo mediante el método de encuesta, definiendo muestras aleatorias en diferentes partes de la ciudad en horarios distintos (algo que bien podría encomendarle ANTEL a alguna Consultora, de forma de verificar y auditar sus servicios de conexión), seguramente podría llegarse a esta simple pero contundente conclusión a la que arribamos: la conectividad prometida no tiene relación con la verdaderamente entregada.

La argumentación técnica vendrá de la mano de que la baja velocidad tiene que ver con el uso en momentos “pico”, la zona de cobertura, el tipo de conexión, el equipo utilizado, etc.  Pero estas razones no resultan suficientes para los clientes que no tienen opción alguna que contratar un servicio monopólico, y sólo reciben a cambio planes engañosos que no son capaces de mantener el promedio de velocidad en las comunicaciones.

Otro ejemplo cotidiano es el Estadio Centenario.  Cada vez que se realiza un evento deportivo o musical, la telefonía celular en el Estadio se “satura” y no se puede realizar ni siquiera llamadas de voz.  La pregunta que se nos plantea, ¿acaso los técnicos que determinan la cobertura de antenas y el “ancho de banda”  necesarios en materia de infraestructura de comunicaciones nunca fueron al Estadio?

En momentos en los que esta empresa está en pleno desarrollo del Estadio ANTEL Arena con el objetivo de realizar espectáculos y eventos, mediante la asociación de su imagen institucional a  la tecnología e innovación, sería imperioso que realizaran un estudio en profundidad de las necesidades de comunicación de los clientes en un lugar de estas características. Considerando que los aspectos cualitativos en el hábito serán al menos la utilización simultánea de las frecuencias en momentos específicos de la realización del evento: previo al inicio o luego del final. 

La inversión en tecnología justamente debe contemplar estas necesidades. No alcanza sólo con la inversión multimillonaria en el cableado de fibra óptica de la ciudad, o los más de 40 millones para reconvertir el Cilindro Municipal en el Arena.  Debe acompañarse de inversión en medios técnicos que hagan posible brindar un servicio de calidad, especialmente si el sponsor y promotor fundamental de la obra es el propio organismo de telecomunicaciones del Estado.

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