Son quienes patrullan los cielos para evitar las intrusiones de aeronaves que transportan drogas, o para detectar pesqueros que depredan nuestras aguas. Son quienes acuden al rescate de quien quedó atrapado por la inundación, o de quien sufrió un quebranto de salud en alta mar. Son quienes ayudan a combatir un incendio forestal, o buscan incansablemente a quien naufragó.
Dos accidentes fatales en cuatro días dejan muy mal parada a la casualidad. Si fuesen obreros de la construcción, ya se habría decretado un paro.
Si fuese un obrero de cualquier industria, ya se estaría aplicando la Ley de Responsabilidad Empresarial. Pero se trata de militares, sujetos a cadena de mando, no tienen ninguna de esas posibilidades ¿o serán derechos humanos?
Nuestras condolencias a los deudos y a sus compañeros de armas, haciendo votos para que estos hechos no se vuelvan a repetir, pero más que ello, reclamando una impostergable toma de conciencia de quienes gobiernan el país.
Deben entender que se terminó la posibilidad de seguir lavándose las manos escudándose en la falta de presupuesto cuando "el dinero de todos los uruguayos" se malgasta en el mejor de los casos o desaparece sin rendición de cuentas, en misiones faraónicas al exterior o en las sangrías de ANCAP y Pluna.
No llamaremos jamás a la violencia ni a desobedecer las leyes, no queremos una gota más de sangre derramada pero, creemos que llegó la hora de indignarse y no seguir de cabeza gacha por disciplina partidaria o simples intereses económicos o políticos. Hay que empezar a sacar caretas.
Portal de América
Comentarios
Aún cuando usted proclama a los cuatro vientos desde su portal que yo soy un irrespetuoso carente de educación por el sólo hecho de decirle mi verdad como lo hacen los hombres, de frente y mirándolo a los ojos, en un artículo por el que jamás va a recibir un Pullitzer, ya que es más propio del mundillo de las vedettes de Tinelli que de profesionales de la aviación.
Aún cuando usted ha sabido imprimir calumnias sobre mi desempeño profesional e intentó enfrentarme a mi buen amigo José Troncoso en una maniobra que en otras épocas, habría llevado al gran Enrique Almada a decir: "Chicho vos sí que tenés recursos", ignorando que existen códigos de comportamiento que todavía algunos uruguayos observamos.
Aún cuando se permitió la libertad de ironizar sobre mi labor de escritor que no tiene el sensacionalismo de la suya, ya que mis libros tendientes a disminuir la ocurrencia de accidentes en la aviación por factor humano (Manual básico de CRM para la aviación, Durazno tierra de aviadores y El CRM en la industria aeronáutica) no se venden, se regalan para que les lleguen a todos los pilotos, especialmente a los más jóvenes.
Aún cuando usted estuvo siempre del lado de quienes llevaron a nuestra Pluna al previsible final que tuvo, y aún cuando tengo la convicción de que le faltará coraje para publicar estas líneas sin enmiendas.
Aún así vengo a reconocerle el valor de haber escrito este artículo en el día de hoy que resume como ninguno la realidad de un sector de la sociedad al cual se odia por default, de haber sabido comprender la realidad de unos pocos servidores públicos que integran la primera línea de defensa frente al delito y las catástrofes naturales. Ningún país puede progresar teniendo en su seno una sociedad dividida y vengativa. Por eso le hago llegar a usted mi aprobación y mi reconocimiento.
Daniel Puyol
Usted no tiene ni idea quien soy, que hago ni lo que hice. Jamás he escrito nada e su contra, ni en mi libro ni en este sitio. Si usted tiene algo de paranoia, allá usted. Como puede ver, publico este comentario porque en el PDA no existe la censura, es un foro de intercambio de ideas en el que no se publican palabras soeces ni descalificaciones, sobretodo a terceros. Usted está empeñado en descalificarme y utiliza este espacio para decir que es hombre. Afortundamente yo no tengo que escribirlo ni mandárselo a nadie. Le saludo cordialmente, le deseo la mejor de las suertes y le agradezco su comentario acerca de este artículo.
Sergio Antonio Herrera