El primer bloque del programa transcurría con normalidad con una entrevista telefónica al dirigente de la central obrera PIT-CNT Marcelo Abdala, que expresaba la necesidad de “apostar a Alas del Uruguay… dejemos a la gente trabajar tranquilos”.  Mientras reconocía que “todo lo de PLUNA estuvo mal hecho, ni siquiera debería haberse cerrado”, repasaba algunas dificultades adicionales propias de las empresas autogestionadas.

La desviación del plan de negocios presentado ante el parlamento para someter a aprobación el proyecto del préstamo del Fondo para el Desarrollo (FONDES) resulta evidente al promediar el primer semestre de actividades operativas de la línea aérea: apenas logra alcanzar un tímido 20% de la facturación prevista, mientras sólo vuela a 2 de los 6 destinos prometidos.  Abdala dijo que “el tiempo que se demoró en montar la compañía nueva no tuvo nada que ver con las previsiones originales.  Hubo un proceso tedioso con la Autoridad Aeronáutica”.

A pesar de que las recientes declaraciones de sus máximos dirigentes aseguran que “Alas Uruguay nunca estuvo mejor comercialmente”, una semana atrás, no era posible realizar una compra en línea de pasajes, según consta en la columna “Alas Uruguay no devolvíó el CX-OAB solamente "porque no lo estaba utilizando“

En relación a la situación crítica por la que atraviesa la empresa de aeronavegación comercial, el sindicalista reconoció la dificultad de “conseguir la inversión necesaria” ya que “cualquier cosa que se diga tiene efectos sobre la actividad”.  Siempre lo hemos destacado en este espacio editorial, la aviación comercial es la “tumba de los cracks”… y parece que está esperando nuevos ingresos.

Desde el inicio de las actividades, la comunicación externa de la empresa autogestionada ha sido motivo de desaciertos y fracasos.  Repetidas promesas sobre la culminación del proceso de certificación incumplidas, la inauguración de sus operaciones en el Aeropuerto de Carrasco ante el Presidente de la República (en aquel entonces “Pepe” Mujica) y todos sus ministros, para terminar volando más de un año después, promesas de volar a Buenos Aires cuando no tenían un avión aeronavegable para cumplir con los vuelos, o una campaña de publicidad de lanzamiento cuando no existían vuelos publicados, entre las más destacadas.   En la aviación comercial, la construcción de la confianza es un atributo esencial, similar al sistema bancario.  Requiere de un tiempo de gestación  prolongado y sostenido haciendo las cosas bien, algo que no se ha podido comprobar en la mal llamada Alas U (Sotelo), o Alas del Uruguay (Abdala), la cooperativa, la empresa de todos los uruguayos, atendida por sus propios dueños.  

Mientras transcurría esta entrevista, la conductora del programa María Inés Obaldía, comenzó a recibir mensajes directos a su teléfono celular personal, provenientes de los directores mediáticos de la compañía aérea: Sabrina Acevedo y Nicolás de los Santos, presidenta y vice-presidente, respectivamente.  Esto motivó a que los periodistas de Canal 10 abrieran sus micrófonos para que los representantes de la empresa pudieran emitir sus declaraciones oficiales.

Entonces la presidenta inició su contacto sentenciando que no podía “hacer caso omiso al escuchar mentiras literales que hace un formador de opinión, perjudicando a una empresa privada y, con ello, a 200 puestos de trabajo”. Desde el inicio, respondió duramente a la primera pregunta formulada por Gerardo Sotelo sobre la necesidad de capitalización de la aerolínea: “Acá no hubo una capitalización de 2 millones de dólares.”  En los últimos días había trascendido que una empresa financiera de plaza habría realizado aportes de capital a Alas Uruguay, garantizados por pagos pendientes de las ventas ya concretadas. “Trabajamos arduamente para poder pagar el préstamo del Fondo del Desarrollo (FONDES) cuando nos corresponda”, sentenció.

“Se manejó información errónea”, prosiguió. Luego de un fuerte intercambio de preguntas clave que fueron esquivadas por la principal dirigente del sindicato de trabajadores de la empresa y presidenta del directorio de la Sociedad Anónima, terminó con la amenaza al periodista: “si a usted lo único que le importa decir son mentiras, me parece que eso va a tener que ir por otra vía que no es la de la comunicación.”

Con el profesionalismo que le caracteriza, Gerardo Sotelo respondió “no es la primera amenaza que recibo en tantos años de periodismo, pero sigamos adelante”,  al tiempo que continuó con su batería de preguntas a la entrevistada, que había solicitado salir al aire.

Una vez más, se acusó a los medios de que “hay una campaña en contra de una empresa”.  Por su parte, el periodista defendió la profesión basado en la información de fuentes confiables y observadores objetivos.  Sin embargo, Acevedo, insistió categóricamente en que “estamos cada día mejor comercialmente; usted se puede remitir a la información de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (DINACIA); Migraciones o Puerta del Sur (operador del Aeropuerto Internacional de Carrasco)”.  

Esta soberbia expresada en el estilo de la comunicación no les ha permitido estar atentos a las contribuciones constructivas realizadas desde este mismísimo espacio editorial, o a la mirada de nuestros expertos consultores especialmente traídos desde el exterior.  Tampoco les permitió hacerse presentes en el evento más importante del año de su propia temática, que contó con los principales dirigentes de las compañías aéreas que operan en nuestro país, incluyendo organizaciones fundamentales como la DINACIA y el Aeropuerto de Carrasco, parlamentarios e importantes empresarios del sector turístico y hotelero.  Hubo una suerte de “conducta partidaria” alineada que se manifestó en la ausencia total de funcionarios de Alas Uruguay en el seminario.  Seguramente no le haga nada bien a la reducida industria aeronáutica del Uruguay, limitada a apenas 2 aeronaves Boeing 737-300, perderse la única oportunidad de intercambio profesional en vivo. De todas formas, en breve, podrán acceder a la versión virtual que compartiremos gustosamente con nuestros lectores del PDA, como lo hacemos desde hace 10 años.       

Volviendo a la nota televisiva, “tenemos un foco solo que es volar y seguir sirviendo al país.  Publicamos agosto y setiembre porque tenemos la certeza de que vamos a volar”, explicó Acevedo. “Somos una empresa que damos 200 puestos de trabajo, le estamos brindando al país una compañía aérea en la que hemos transportado puntualmente a todos los pasajeros.”  Inmediatamente, instó a Sotelo a que ”si desea hacer un periodismo serio y de investigación, averigüe la puntualidad y la regularidad que ha tenido Alas Uruguay en seis meses de operación.”  Dada la complejidad en el acceso y la calidad de la información aeronáutica, bien podrían haber  comunicado esta información a través de sus propias redes sociales, en lugar de publicar hermosas frases de lugares comunes con fondo de nubes.

El broche de oro del discurso de la dirigente culminó con un desafío a que “los trabajadores (que están en desacuerdo) den la cara como la doy yo”, y terminó por colgar su teléfono al aire en pleno programa.  

“Es muy difícil la situación de Alas U, entre otras cosas, por su dirección”, señaló Sotelo al confirmar que la entrevistada había cortado la comunicación telefónica.

Compartimos el audio de la entrevista.

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