Hoy nos desayunamos con la noticia que el presidente Mujica conversará con el Primer Ministro ruso acerca de la posibilidad de comprar seis aviones para la Fuerza Aéra Uruguaya.

Tanto en aquella oportunidad del 2006 como ahora, la opinión es la misma, cuestiones como éstas no son gastos, significan inversiones no solamente en el equipamiento específico sino en la imagen país, la que en el mundo moderno es cada vez más importante.

Las especiales características en las que se dio el cierre definitivo de Pluna, hacen que además del despilfarro incurrido y el que se vendrá, se haya desaprovechado una oportunidad magnífica de dotar no solamente a presidencia, sino al Estado todo, con una inversión ya hecha (sin entrar a analizarla otra vez) asignando al menos uno, de los siete CRJ900 al Poder Ejecutivo y bautizarlo por ejemplo Candombe 1.

Pero claro, ¿imaginan al presidente llegando a Brasil en un Bombardier y que se lo secuestren por deudas de Pluna?. Seguramente la decisión de no quedarse con uno de los 7 malditos es una lección aprendida de las peripecias de Cristina con el Tango 1 esquivando fondos buitres.

Resultan tan caros algunos errores de los gobernantes que siempre que se anuncien gastos (o inversiones) como las mencionadas o los más de cuarenta millones que pone ANTEL para la construcción del ANTEL Arena, que en definitiva dejan cosas tangibles para el patrimonio nacional, tendríamos que empezar a mirarlas con positivismo, con mayor aceptación.

Por eso, ya que hay una charla con Putin, a la media docena de aparatos para la FAU si se le puede agregar algún jet regional de pasajeros no vendría nada mal y de esa manera, nuestros primeros mandatarios dejarían de hacer "dedo" o pedir "caronas" o "aventones".

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