Otros insisten en quejarse porque "se subsidia este emprendimiento con el dinero de todos los uruguayos" y se preguntan si será viable. La atrocidad cometida con Pluna ha dejado secuelas y a ello se suma la natural animadversión que le tienen los seres humanos a todo lo desconocido, a todo aquello que no se domina y por lo tanto, hasta instintivamente se rechaza.

Les pedimos disculpas a los lectores del PDA, ya los debemos tener hartos con la misma cantinela pero del mismo modo que los medios masivos siguen con los ojos y oídos cerrados y no quieren darse por enterados de algunas cosas, nosotros vamos a seguir insistiendo hasta que de una buena vez, al menos unos cuantos empiecen a entender que la nueva empresa se llama Alas Uruguay, que no es una cooperativa y que la linea de crédito es eso y no un subsidio.

Sería buena cosa que quienes entienden de lo que se está hablando traten de influir en la mayor cantidad de gente posible, que le cuenten a los demás la necesidad que tiene un país dependiente como el nuestro de contar con una aerolínea nacional de referencia.

Estaría bueno que todos los que puedan nos ayuden a difundir la idea que hay que blindar a la empresa que nace pero ordenadamente, con mesura y a la vez con la exigencia y permanente monitoreo para que sea eficiente más que rentable y tal vez idear entre las partes alguna forma de ir haciendo un fondo previsional que pueda operar como seguro de contingencias (disparada de precio del petróleo; ceniza volcánica; pestes; otros fenómenos climáticos), para que nunca más debamos quedarnos sin conectividad y sin adecuación tarifaria como padecemos desde el cierre de Pluna.

Una aerolínea como ésta no es para que viajen los ricos, es simplemente un instrumento al servicio de la comunicación física con el mundo de todo un país.

Negar la aviación comercial y el contar con un servicio de este tipo es casi tan pecaminoso como decir que Internet no debería existir.

En poco más de dos semanas será presentada la nueva imagen corporativa y se harán algunos otros anuncios. Se podría decir que la culpa de la confusión reinante respecto al nombre correcto y a la figura jurídica es de la gente de Alas Uruguay por no haber difundido como se debiera haber hecho oportunamente los signos de identidad de forma clara y precisa.

En varias oportunidades discutimos el tema con los directores de la empresa e invariablemente nos respondieron con algo tan simple y contundente que podríamos llamarle "la razón del artillero": "no se hizo antes porque no había recursos para hacerlo".

Si bien la imagen corporativa en el mundo moderno es clave, lo es mucho más para una empresa que ha nacido con forcep.

Hay gente que sigue pensando que se debería haber llamado a licitación en vez de propiciar el nacimiento de Alas Uruguay. La mala noticia es que está más que probado que no existen interesados serios en encarar una empresa de este tipo.

Los integrantes de Alas Uruguay tienen la maravillosa oportunidad de cambiar la historia. Ojalá puedan lograrlo, nosotros trataremos de colaborar en todo lo que podamos porque estamos decididos a apoyar el desarrollo de la aviación comercial en el Uruguay.

Y una vez más decimos que no nos olvidamos de los también uruguayos que trabajan en BQB, Reiteramos que hay mercado para ambas compañías y que la competencia lo único que hará -afortunadamente- es elevar el nivel del servicio.

Portal de América