La conocida frase "yo no pongo las manos en el fuego por nadie" se podría adaptar perfectamente al núcleo central del pensamiento que motiva este artículo editorial, pero...sabido es que no va con nuestra forma de comunicarnos no solamente no poner las manos en la llama, sino lavárnoslas alegremente.

Quienes estuvieron cerca de Campiani y sus socios, quienes trabajaron en el proceso de cinco años que llevaron a colocar a la ex aerolínea en un sitial de atención que no había tenido nunca en su historia, no tienen dos opiniones: están convencidos que el mayor error que tuvo su gestión fue la soberbia y el desconocimiento absoluto de los particulares códigos cotidianos de la política de Argentina y de Uruguay.

Pero hasta ahora, salvo "el yo no pongo las manos en el fuego por nadie" nadie, en nuestra presencia al menos, pronunció una sola acusación o sospecha de que hayan cometido ilícitos y mucho menos los de vaciamiento de la empresa o de estafa en el libramiento de cheques.

Anoche, antes de dormirnos (los programas periodísticos en la TV uruguaya son en función trasnoche), vimos un muy elemental posicionamiento del equipo de Código País ante el invitado Carlos Moreira a quien prácticamente lo llevaron a piso para que recitara una vez más sus conocidos argumentos entre los que están las acusaciones al boleo de vaciamiento.

Podríamos ahorrarnos esta reflexión, nadie nos la exige, pero queremos afirmar, antes que se conozca el fallo de la jueza de crimen organizado que el mayor riesgo que corren los integrantes de LeadGate es el peso político del actual contexto, para nosotros aumentado, luego del fallo de la Suprema Corte de Justicia.

En política, cuando se confirman los errores, a la corta o a la larga, se señalan los culpables.

A primera vista, el gobierno está señalando a Olivera García como el que les hizo "comer la pastilla".

Nadie puede disimular la responsabilidad que le cabe al abogado, es evidente que la ley no sirvió y esa, es su responsabilidad.

Pero, Olivera García no cerró Pluna y no fue a la Torre Ejecutiva a ofrecer una ley, a él se la pidieron.

Entonces, el error del gobierno de Mujica no fue "apenas" jurídico o legal, como se le quiere hacer aparecer, fue una herejía política, fue un error de cálculo mayúsculo, fue la muestra clara y escandalosa que en temas que desconocen como la aviación comercial aplicaron la baqueanez, volaron sin instrumentos y  se dieron de trompa contra el suelo.

Entonces, primero fue el recuerdo a Lacalle y a Pluna-Varig, dato de la realidad, después de la reunión de gabinete del pasado sábado, el pase de taco al astorismo y ahora, la absolución a Lorenzo y Pintado y Olivera García al patíbulo.

Quizás falten más culpables para minimizar la gran culpa.

Quizás se encuentre alguna aguja en el pajar.

Pero a la hora de jugar opinión, queremos ser claros como siempre.

La Pluna de LeadGate y el vaciamiento

En la Pluna de LeadGate han habido errores de soberbia, han habido errores de cálculo a la hora de enfrentar la temporada 2011/2012, para la cual al exigir la malla hizo que se perdiera mucho dinero; se compraron al menos tres aviones de más; se colocaron en la malla no menos de tres destinos de más; se creyó equivocadamente en la palabra de funcionarios argentinos que hicieron fracasar la operación de varias rutas y la temeraria pero entendible apuesta de AeroVip, pero no hubo vaciamiento y las famosas auditorías que se mencionan como gran pecado, son las mismas que el gobierno debería contratar para salir del lío en que se metió.

En la Pluna de LeadGate pasó todo eso y quizás más pero también se había colocado a la empresa en un sitial en el plano regional e internacional que jamás había tenido y fue la primera vez en la historia que alguien que no fuese el Estado puso capital (30 millones de dólares).

En la Pluna de LeadGate se había previsto la capitalización necesaria con el fideicomiso del ING por 30 millones contra la caja de Brasil y estaba prevista una inyección muy superior para setiembre de 2012 más un acuerdo empresarial macro que cambiaría para siempre el tamaño de la empresa. Todo eso fue abortado tras la interpelación de Moreira del 28 de mayo de 2012 al Ministro Pintado y la negativa del Poder Ejecutivo de dar señales para minimizar el riesgo ante las autoridades de la entidad bancaria londinense.

En la Pluna de LeadGate, no hubo vaciamiento alguno.

Los cheques para ANCAP

Nadie que quiera estafar libra 222 cheques y paga 201, el 100% de los vencidos mientras administra la empresa y la cuenta, como hizo la Pluna de LeadGate. Los restantes 21 cheques, impagos hasta el 15 de junio, fecha en que el gobierno conmina a Campiani a entregarle las acciones, no habían vencido.

Una fuente muy calificada de Pluna en aquel momento nos dijo: "tenemos un ingreso promedio de 15 millones mensuales, el importe de los cheques de ANCAP son del orden de 1,5 o 2 millones por mes, es lo primero que pagamos, nunca correríamos el riesgo de que nos rebote un sólo cheque como nunca sucedió".

Por todo lo expuesto, sayos tengo...y a los que le caigan bien, que se los pongan, pero...no quieran colocárselo a otros a la fuerza.

Portal de América