Hace muy pocos días, asistimos a un encuentro en nuestra capital, el cual fue convenientemente anunciado desde este sitio, puesto que la organización nos merece el más amplio respeto pero, como no conseguimos las presentaciones de los diferentes ponentes (las pedimos y nos fueron denegadas) nos pareció inútil publicar la cobertura.

No pudimos ver todas las presentaciones, solamente las de la tarde, quedándonos con una muy buena impresión acerca de la mayoría, por el profesionalismo con las que fueron mostradas y por la interesante información a la que tuvimos acceso.

Pero hubo una, a cargo de un señor con acento muy castizo que directamente nos provocó vergüenza ajena.

En esa presentación, el "disertante" habló todo el tiempo de las deficiencias, los errores, el poco margen de importancia que los viajeros frecuentes y los interesados en general le prestan a los comentarios que aparecen en TripAdvisor pero ocupó el resto del tiempo en dar consejos sobre lo que hay que hacer para aparecer bien en páginas como ésas.

Solamente le faltó agregar la "Gran Kesman" y pronunciar "es lo que hay, valor".

En el mundo del turismo y el transporte, seguimos estando a merced de quienes hoy, detentan el poder en todos los ámbitos: político, tecnológico, empresarial, corporativo y cada día más, comprobamos horrorizados, que la inmensa mayoría de esos jugadores, "no tiene vestuario", no pasaron nunca ni por la esquina de una agencia de viajes, un hotel o una transportadora.

Como sabemos también, más por viejos que por sabios: la culpa no es del chancho...

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