Lamentablemente, en Uruguay está todo polarizado y hasta que llegue ese momento en que se vuelvan a encender las turbinas de los CRJ900, mucha agua habrá de correr debajo de los puentes.

Si bien hay intentos de terceros, por contratar algunos de los siete aviones con tripulación incluida para operar en Africa, se ha desmentido en fuentes allegadas a los ex-trabajadores de Pluna, la noticia que indicaba que se comenzaría a operar las rutas dejadas por la ex- aerolínea de bandera, con 3 o 4 Bombardier apenas. Esa posibilidad no existe en los planes a largo plazo, se podría haber considerado en una etapa previa al inicio pero no, si coincide con éste.

Las condiciones solicitadas por los trabajadores en el proyecto modificado que se sometió a estudio del gobierno piden dos años de gracia en el pago del leasing de las aeronaves y 15 millones adicionales a los que seguramente otorgará el Fondes.

Aún no hay respuesta oficial al respecto pero estamos en condiciones de afirmar que la obtención de los "segundos" quince millones si bien asegurarían una operación más tranquila, no es excluyente para el inicio de actividades.

Mientras el proceso de puesta en marcha, para disgusto de los trabajadores, marcha al ritmo lento de la burocracia, en los últimos tiempos se ha intensificado el ritmo del éxodo de pilotos y mecánicos al exterior, tema que preocupa mucho a quienes conducirán la empresa.

La nueva aerolínea ocupará las mismas oficinas administrativas del barrio Carrasco, y las operativas del aeropuerto internacional que utilizaba Pluna S.A.

Está decidido que se permitirá una maleta de hasta 20 kilos sin cargo a los pasajeros que usen los nuevos servicios, mientras que se facturará el exceso de equipaje, el servicio a bordo y habrá venta de Entreport.

Sería buena cosa que todos, dejemos de lado las intrigas de Palacio y las disputas por las chacritas internas y propiciemos el viento a favor para que la nueva empresa tome vuelo.

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