A los efectos de salvaguardar la información estadística, habría que idear un sistema en el cual cada vehículo que ingresa entregue una ficha de datos por cada pasajero y una declaración de aduana por el total de ocupantes.

Los funcionarios estatales encargados de la tarea de recibir la información y de ordenar el tráfico, deberían efectuar una revisión ocular simple y rápida y ante la menor duda o sospecha hacer una revisión exhaustiva del vehículo en cuestión y de sus ocupantes, estableciendo una dinámica a determinar del tipo uno cada diez o cada veinte o cincuenta, pero en definitiva, agilizando el ingreso y el egreso.

Demás está decir que con el tiempo, habría que instrumentar trámites inteligentes, del tipo del web check in de los aeropuertos en el cual los pasajeros que vayan a pasar por cada paso de frontera, completen con anterioridad, en sus propios domicilios, un formulario con todos los datos necesarios y obtengan en vez de un boarding pass, un incoming pass con código de barras y Santas Pascuas.

Pero mientras tanto y sobremanera para la temporada que se avecina, lo que tenemos que tener en los pasos de frontera, son funcionarios inteligentes. Nada más, pero nada menos que eso.

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