por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay


El común e insólito denominador es que el arma letal de ambos sucesos han sido aviones jets construidos originalmente para transportar y no para matar como finalmente lo hicieron.

No caben dudas que el derribo de las Torres Gemelas fueron acciones terroristas aunque luego de 14 años persistan las especulaciones en relación a la identidad del o los autores intelectuales.

En el choque del Airbus de GermanWings con la pared montañosa de Los Alpes todo parece indicar que quien estaba al comando del aparato, el copiloto Andreas Lubitz lo habría estrellado intencionalmente.

La extraña celeridad con la que se han ido revelando novedades y se ha hecho trizas la imagen de Lubitz a una velocidad superior a los jets que tripulaba, nos llama poderosamente la atención, máxime comparando con otros sucesos de notoria trascendencia sobre los cuales se demora mucho en la aparición de pistas o datos y en algunos casos nunca llegan a dilucidarse.

Cada nuevo dato que se revela hunde más a Lubitz y para nosotros, hace lo propio con la sublimada imagen impoluta de la ciencia del primer mundo y de los controles en las certificaciones de aptitud en la aeronáutica de una de las potencias mundiales como es Alemania.

Suena con demasiada obviedad la insólitamente veloz alineación de las rodajas del queso de Reason

El primer esbozo de culpabilidad había recaído en el supuesto inminente final de la supuesta "vida útil" del avión de GermanWings siniestrado. Primer intento fallido.

Cuando ya todas las tintas se empezaban a cargar en la casi exclusividad de Airbus en los últimos eventos fatales de la aviación mundial y todos comenzaban a mirar con lupa la responsabilidad de la insospechada Lufthansa, como por arte de magia aparece toda la munición que vuelve a destruir al destruído Lubitz.

Que sufría depresión; que consumía drogas; que ya había intentado suicidarse; que lo dejó la novia; que le habría dicho a la novia que el mundo entero recordaría su nombre y en las últimas horas otro milagro: la aparición de un video grabado por un pasajero de los últimos segundos del vuelo 4U 9525 en el que hasta se confirmaría que el Comandante que había ido al baño se hizo de un hacha para intentar derribar la puerta del cockpit, cuestión que Alejandro Spera analiza en su columna de hoy.

IFALPA y toda la aviación comercial del mundo hicieron saber su molestia por el giro mediático que tomó la investigación del caso.

Los expertos aeronáuticos integrantes del PDA y los consultados expresamente por nosotros coincidieron en pedir mesura y en esperar el final de la investigación pero, en el mundo entero el volcán
GermanWings había entrado en erupción y la lava velozmente lo quemaba todo.

El jueves 26 de marzo publicamos ¿Por qué no pudo entrar el piloto a la cabina de mando? con la clara intención de aportar información idónea y necesaria ante tanta carne podrida que se esparcía por doquier y ese mismo día también hicimos referencia a las declaraciones brindadas a radio El Espectador por el experiente exPluna Capitán Perera.

Preguntamos a fuentes del PDA si Perera había volado en algún momento aviones Airbus y la respuesta fue negativa pero de inmediato se nos dijo sobre él que era  "un profesional que ha tenido muchas situaciones de emergencia y ha salido adelante".

Le preguntamos concretamente a un piloto si era muy complicado "tirar abajo" un avión y nos respondió que no, agregando: "si se selecciona una altitud baja en el autopilot, el avión sigue esa indicación".

Consultamos acerca de la rigurosidad de los exámenes semestrales a los cuales deben someterse los pílotos en todo el mundo (Recurrents) y las respuestas fueron coincidentes en señalar que sin dudas de las más exigentes son las efectuadas por la DINACIA en Uruguay en las que la tarea de los profesionales a cargo ponen el foco en descartar patologías psicológicas en los pilotos. Asimismo se nos comentó que en algunos países dichos exámenes dejan mucho que desear en cuanto a la exigencia.

Por todo lo conocido hasta el momento, quizás sea más fácil llegar a saber la verdad acerca del desenlace fatal del Airbus de GermanWings que poder saber algún día como fue que Andreas Lubitz, si en verdad le pasaba todo lo que se dice, hizo para sortear los Recurrents ante la autoridad aeronáutica alemana...

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