La página FlightRadar nos muestra la desoladora realidad argentina, un país sin aviones es un país paralizado. También en transporte aéreo estamos “standalone”.

Al medio día de hoy (30 de junio) nos enteramos que IATA rechazó una reunión con el Gobierno Nacional dado que no consideraba interlocutor válido al Ministro de Transporte y por lo tanto la consideraban inoficiosa. Lo que quizás IATA ignore que, si hubieran sido recibidos por el Jefe de Gabinete de Ministros, no hubiera habido muchas diferencias, en todo caso tiene que hablar con Cristina, dado que se gobierna para ella.

Esta limitación de reingreso al país de un máximo de 600 pasajeros por día (ver columna anterior) implementada por una “decisión administrativa” del Jefe de Gabinete es una cabal muestra de la desaprensión con la que se gestiona el gobierno, con un absoluto desprecio por el respeto a los demás y en especial a todos aquellos que han osado viajar al exterior.

Es deplorable el papel de la ANAC, que debería explicarle al Jefe de Gabinete que estas restricciones al transporte aéreo no tienen razón de ser, y que además son dañosas para el país y diría hasta ilegales.

El artículo 1º del DNU 239/07 que creó la ANAC dispone: "Créase en el ámbito de la SECRETARIA DE TRANSPORTE del MINISTERIO DE PLANIFICACION FEDERAL, INVERSION PUBLICA Y SERVICIOS, la ADMINISTRACION NACIONAL DE AVIACION CIVIL (ANAC), quien será la AUTORIDAD AERONAUTICA NACIONAL y ejercerá como organismo descentralizado, las funciones y competencias establecidas en el Código Aeronáutico (Ley Nº 17.285), en la Ley Nº 19.030 de Política Aérea; en los Tratados y Acuerdos Internacionales, leyes, decretos y disposiciones que regulan la aeronáutica civil en la REPUBLICA ARGENTINA". Como autoridad de aplicación la ANAC tiene atribuciones suficientes para garantizar la prestación de los servicios de transporte aéreo, en vez de limitarlos. Es obvio que una simple decisión administrativa es insuficiente para condicionar a la ANAC y para cercenar el derecho de entrar y salir del país.

Es obvio que se usa como pretexto la presencia que la “peste” tiene en el país, pero ello es consecuencia de la falta de vacunas y la ineficiencia del Estado para aplicar las escasas disponibles.

Hay 4 millones de vacunas guardadas, en momentos en que estamos en los casi 94.000 fallecidos; vacunados con las dosis establecidas por los laboratorios fabricantes es sólo el 8% de la población. No quiero ni pensar que esas vacunas se usen como propaganda electoral días antes de las PASO, elecciones primarias, o las de verdad de medio término el 14 de noviembre. NO es pecado pensar asi.

El único medio que tiene a mano el gobierno son las “cuarentenas”, la limitación o prohibición al ejercicio de derechos por parte de la gente, y ahora impedir el regreso de quienes viajaron.

La “peste” parecería que se ha convertido en una enfermedad infecciosa endémica, aunque por ahora parece que preferimos hablar de “olas”, hasta que alcancen los números.

Lo que debemos hacer es aprender a convivir y aprender a tomar las precauciones para evitar o disminuir el contagio, y los gobiernos deben garantizar la existencia de vacunas, facilitar su compra y aplicación.

La Argentina tuvo una cuarentena record y los pésimos resultados están a la vista, un exceso de muertes y desastre económico.
Esta todo a la vista, para hacer mal las cosas somos los mejores.

Si a ello le sumamos la obsecuencia, veremos que nos merecemos con creces el grado de “standalone”.

Además de todo esto hay 42.000 argentinos cepeados en el exterior, es un modo de destierro.

En fin, no sé si cabe aquello de “no saben lo que hacen”, o lo saben demasiado…

Portal de América