por Ramón de Isequilla, desde Madrid

Madrid fue la plaza fuerte que se negó a claudicar y renunciar a la forma de vida que se dieron los españoles hace 40 años y hoy peligra ante la amenaza comunista.

Bandera de la Comunidad de Madrid

Los hosteleros de Madrid son los que llevan la bandera de la resistencia y la recuperación; los madrileños con su voto del 4 de mayo dijeron al mundo “venceremos la pandemia”, y “estamos decididos a vivir en libertad”, demostrando el fracaso del experimento de ingeniería social que el gobierno importó de Venezuela e Irán.

El insulto proferido por el gobierno, de llamar “tabernarios” a los madrileños, por obra de la realidad, se convirtió en el grito de batalla, “todos somos tabernarios” y cuando una ciudad entera se alinea tras un objetivo claro, las posibilidades de éxito se multiplican y Madrid tiene la voluntad y los recursos para liderar el turismo en España.

Esta vez fue el turismo, el que sacó a la política por la ventana, realmente no me imaginaba que un día vería tal acontecer, por ello, me uno con alegría al grito de “todos somos tabernarios”.

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