Pasiones de un magnate nórdico de sangre charrúa: arte y negocios
Domingo, 15 Enero 2012 20:28

Pasiones de un magnate nórdico de sangre charrúa: arte y negocios

Alexander Vik. Tiene hoteles en Europa y República Dominicana, viñedos en Chile, acciones en Internet y software En Uruguay es dueño de la estancia Vik "Estoy por amor y no por negocio"

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JOSÉ IGNACIO | VIVIANA RUGGIERO

Su primer negocio lo hizo con 10 años en un mercadito noruego: vendió frutillas que recogió del campo de sus abuelos. Hoy, invierte en software y en mercados financieros, tiene hoteles y viñedos, además de pequeñas sociedades en varias industrias.

A pesar de ser multimillonario, Alexander Vik es un hombre de bajo perfil, que entiende a la riqueza como "la consecuencia de hacer las cosas bien" y el éxito "como la posibilidad de conseguir nuevas metas".

En entrevista con El País, Vik habla lento y evita detallar sus negocios, que le permitieron tener un patrimonio de US$ 2.900 millones e integrar la reconocida lista de los hombres más ricos del mundo confeccionada por la revista Forbes.

Hijo de madre uruguaya y padre noruego -tiene esa nacionalidad-, nació en Estocolmo (Suecia). A sus 15 años se mudó a Islas Canarias, y posteriormente, a Estados Unidos, para cursar Economía en la Universidad de Harvard.

Vik dice que nunca pensó en otra cosa que no fuera ser empresario. "Mi padre era empresario, entonces fue algo natural", afirma. Después de las frutillas, y ya cuando cursaba su carrera, comenzó "por diversión" con una "sucesión de emprendimientos" que siguen hasta el día de hoy.

"Empecé en los mercados financieros y compraba propiedades inmobiliarias en New York. Luego invertí en sociedades tecnológicas de Internet y software. Era el año ´80... Casi no existían. En el ´96 decidí armar sociedades propias. Ahora parece algo con mucha visión pero en esa época era algo con mucha promesa, más aún cuando llegó Internet", relata.

Una de sus primeras sociedades fue Xcelera, la cual le permitió adquirir más de una decena de pequeñas firmas de tecnología con alto potencial.

Así fue que "pegó el salto" y llegó a manejar una de las compañías de software más importante en el mundo para la confección de encuestas.

Reconoce que hay emprendimientos que hizo "por amor" y no por negocio. La estancia Vik, en José Ignacio, es uno de ellos.

Pasó de ser una casa de campo para su familia a un hotel de lujo, dadas las dimensiones que adquirió el proyecto. Tiene 1.400 hectáreas pero solo 12 habitaciones (8 suites y 4 master suites), con un valor de US$ 1.000 a US$ 1.400 la noche.

Aunque no le gusta resaltarlo, el multimillonario confiesa que tuvo mucho éxito, pero advierte que cuando uno es empresario hay cosas que van bien y otras que van mal. "Hay períodos muy buenos y otros que duelen. En ese momento es cuando hay que luchar", dice. Lo que más le gusta de ser empresario es la creación. "Tener las ideas y hacerlas realidad", afirma. Y agrega: "Ser empresario es algo que devuelve mucho a la persona".

Una de las ventajas de su profesión es también, a su entender, uno de los puntos negativos. "Uno trabaja más bien solo, entonces uno mismo puede lograr muchas cosas. Pero ahí también está lo peor, porque cuando las cosas van mal también estás solo y no tenés el respaldo de nadie".

El empresario asegura que no es de delegar tareas porque cuando lo hace no le va bien. La clave es, según Vik, seguir todo de cerca y tener pequeños equipos de profesionales de muy buen nivel alrededor de cada inversión.

-¿Qué le recomendaría a un empresario joven que recién está comenzando?

-Prepararse para poder tomar la oportunidad cuando ocurra. Es muy generalizado, pero es importante la preparación. Además, oportunidades siempre surgen, y lo difícil es verla, tomarla y tener la capacidad para concretar cosas.

-¿De todos sus negocios tiene preferencia por alguno?

-No. O los que van mejor. Pero también tengo cosas, como la estancia en José Ignacio, que no son negocios, sino placer.

-Descubrió Uruguay porque su madre es uruguaya, pero, ¿cómo descubrió José Ignacio y decidió construir la estancia?

-Yo nunca había estado en Uruguay hasta que nació mi hija mayor. En Navidad de 1987 vinimos a presentársela a mi abuela que vivía en Montevideo y también fuimos a Paso de los Toros, al campo de mis primos. Nos gustó mucho y nos fuimos con la idea romántica de ´algún día vamos a tener una estancia en Uruguay´. Después del nacimiento de cada uno de mis otros tres hijos también vinimos, y en una de esas venidas conocimos el Este uruguayo. A todos les gustaba tanto que un año después volvimos y compramos una casa en La Barra. Pero nos gustaba el campo y las lagunas que había, entonces en 2002 empezamos a buscar una estancia más para afuera. Y cuando vimos estas tierras nos pareció ideal, era preciosísimo.

-Empezó siendo una estancia para la familia ¿Cómo fue la decisión de transformarla en un hotel de campo?

-Durante todos esos años de venidas nos hicimos amigos de muchos artistas uruguayos, teníamos muchas ideas de diseño, de arquitectura y el proyecto fue creciendo. Entonces no íbamos a hacer una cosas así para venir tres semanas al año. La única razón para hacerlo era compartirlo con el mundo. Por eso, esto es nuestra casa, pero abierta al mundo.

-¿Cuál es el concepto que hay detrás de la estancia?

-Nosotros quisimos hacer un homenaje a Uruguay. Por eso la arquitectura es muy colonial, con toques de bohemia y campo, pero también con mucho lujo. Hay obras de varios artistas uruguayos y la naturaleza está totalmente incluida.

-¿Cómo ve el desarrollo que está teniendo Punta del Este como destino turístico?

-Es muy bueno. Para mí Punta del Este se está dividiendo en varios ambientes, cada uno con su estilo. La península es un ambiente, la Barra y Manantiales, otro y José Ignacio, otro. Tiene opciones para todos los gustos y está levantando mucho su perfil a nivel internacional. Eso es algo que se nota.

-¿Qué fortalezas destacaría del balneario y qué cosas hay que mejorar para seguir creciendo?

-Yo creo que la variedad de paisajes y opciones que ofrece es su principal fortaleza. Que una persona pueda estar cabalgando en el medio del campo y a los pocos minutos estar en una playa es algo maravilloso. Creo que es necesario extender la temporada porque es demasiado corta. El clima es muy bueno también en otros meses, entonces da la posibilidad de extenderla y eso permitiría que los precios bajen. Yo veo que ahora todo el mundo quiere cobrar mucho para hacer la diferencia y eso provoca que el balneario pase a ser caro internacionalmente.

-¿Qué es lo primero que toma en cuenta a la hora de invertir en un lugar?

-Depende del tipo de inversión. Lo que hicimos acá no lo hicimos por el negocio, sino por amor. Obviamente ahora quiero que funcione y que dé el dinero para mantenerlo en óptimas condiciones.

-¿En qué cosas se fija usted, como emprendedor, al invertir en un país como Uruguay?

-Un emprendedor se fija en que el ambiente sea el mejor posible para trabajar y crear. Para eso es imprescindible la seguridad física y económica, y que los impuestos sean más bajos que en los demás países del la región.

7 estrellas

La Estancia Vik quedó terminada en 2009. Uno de los ambientes que dio más trabajo fue el salón central. El techo tiene una pintura de Clever Lara, que es una "vista satélite" de Uruguay, inspirada en Google Earth. Hay una escultura de mármol blanco realizada por el artista uruguayo Pablo Atchugarry, además de ocho grandes piedras semi-preciosas, en su estado natural, trasladada del Norte del país.

Las habitaciones están decoradas por distintos artistas uruguayos. Y algunas están revestidas de cuarzo, ágata y amatistas.

Los turistas que se hospedan en la estancia pueden alojarse también en Playa Vik, bungalows en la playa Mansa de José Ignacio

Una de las características de Vik es el destacado lugar que se le da el deporte. De hecho, en la estancia hay además de canchas, un campo de golf y uno de polo. Este es un gusto personal del empresario, que tiene como principal hobby los deportes, así como el diseño de obras de arte, pinturas, esculturas, obras en luz y hasta muebles.


La "pesada mochila" burocrática de Uruguay

El multimillonario Alexander Vik afirma que Uruguay debería reducir "drásticamente" la burocracia, para atraer más inversiones. "Es todo muy lento y pesado", dice. Y agrega que para un empresario es "frustrante esa situación porque se gasta un montón de tiempo".

"Es un país chico, lo que debería facilitar las cosas. Pero es al revés. Es como que tenés una mochila", advierte. Sin embargo, aunque tenga que lidiar con la burocracia, Vik tiene en vista otros negocios en el país.

"Estamos mirando otras posibilidades dentro del mundo agropecuario, turismo o inmobiliario", afirmó.

Aunque no quiso profundizar, comentó que ya pasaron la etapa de estudio pero que aún analizan proyectos concretos. En lo vinculado al turismo, el nuevo proyecto podría ser la instalación de un megahotel como los que tiene en España y en República Dominicana.

El empresario, que vive en Mónaco y pasa buen tiempo en EE.UU., viene a Uruguay cinco veces por año para atender su proyecto y buscar nuevos horizontes.

El País Digital

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