Xingping, el escondite de las colinas kársticas
Miércoles, 19 Octubre 2011 23:20

Xingping, el escondite de las colinas kársticas

Situada a poco menos de media hora de Yangshuo, la recóndita localidad de Xingping es un remanso natural que cobija el tesoro más valioso del suroeste de China.

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por Marga Herrán

Xingping despierta temprano. Las aglomeraciones y los turistas están en Yangshuo. Aquí la calma deambula sola por las calles empedradas y el paisaje parece sacado de un cuento de fantasía. El horizonte está dibujado por puntiagudas colinas kársticas, que guardan a buen recaudo las sosegadas aguas del río Li.

Los arrozales y los huertos se extienden por todo Xingping, que pide ser vista desde lo más alto. Un camino cercano al muelle se abre paso e invita a subir al pico Lao Zhai. El calor corteja a la humedad y, mientras tanto, los mosquitos lidian con los caminantes. El cansancio hace mella, y los más de mil escalones parecen no tener fin. Pero todo esfuerzo tiene su recompensa: el Lao Zhai nos permite disfrutar de un balcón natural, dónde los ríos Yulong y Li se cruzan bajo nuestros pies, con el único objetivo de seducir a todo el que osa alcanzar la cima.

Otra vez abajo, el río Li esboza con celo un camino que se adentra entre las famosas colinas. Los ojos no saben dónde dirigir la mirada, y las barcas, construidas de un dudoso bambú, aparecen paulatinamente en la lejanía. Las bucólicas montañas kársticas, cubiertas con dulzura por un manto verde, nos trasladan a un universo desconocido. Su inmenso tamaño se envuelve con el silencio más absorbente, roto tan solo por el aire que mece el barco, cuyo destino es la villa de Yangdi.

Aves color carbón

En plena ruta es fácil vislumbrar a los pescadores acompañados por sus cormoranes. Anclados en el pasado, el alba se encarga de marcarles su ritmo cotidiano. Estas aves de color carbón toman las riendas del trabajo y se convierten en un instrumento infalible de pesca. De su buche salen los peces, que aún con vida danzan entre las manos de los pescadores.

Los recodos del río se van sucediendo y los tonos azulados continúan tiñendo sus aguas. Sin previo aviso asoma una de las panorámicas más esperadas. Las montañas de esta región fueron las elegidas para escoltar, en los billetes de 20 yuanes, a Mao Zendong, fundador de la República Popular China.

De vuelta a tierra firme, se nos presenta otra manera diferente de descubrir la región. A cambio de una cuantas monedas, se alquilan bicicletas que se transforma en un medio de transporte privilegiado. Siendo nuestros propios guías, y perdidos entre carreteras polvorientas, llegamos a escondites donde pegarse un baño se convierte en una obligación. Entre tanta vegetación, las aguas casi no se mueven. El sonido de la naturaleza vuelve a meterse descaradamente en nuestras cabezas. Dentro del agua, es el momento de cerrar los ojos, respirar hondo y volverlos abrir. La sensación de tranquilidad se quedará grabada en nuestra memoria, de manera que podremos regresar a Xingping con un simple parpadear.

Portal de América - Fuente: www.ocholeguas.com

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