Alberto Pezzi, presidente de The Competitiviness Institute (TCI): clusters turísticos
Martes, 20 Abril 2010 00:51

“El activo más importante de los clusters es la difusión de información y conocimiento para conseguir más competitividad”, afirma en esta entrevista para Caribbean News Digital el presidente de TCI, que desde 1998 reúne a profesionales de todo el mundo dedicados al tema.
Mintur verano 1250x115
SACRAMENTO radisson
CIFFT 1250x115
TSTT-1250x115
Arapey 1250x115
SACRAMENTO - proasur
Fiexpo 2024 1250x115
por José Carlos de Santiago
También nos ofrece una contextualización histórica del fenómeno de los clusters y sus particularidades como forma de organización.


-Pudiera decirse que TCI es como la madre de los clusters…

-TCI es una asociación sin ánimo de lucro que tiene su sede mundial en Barcelona, donde fue fundada. Es una red de profesionales que se dedican al desarrollo de clusters y de temas ligados al desarrollo regional. Nace como asociación en 1998 y con un enfoque global, en el sentido de que ahora cuenta con socios en más de 100 países, pues el movimiento de los clusters es mundial hoy, no hay casi un país o región donde no haya en curso proyectos de este tipo. Es una comunidad de la que forman parte unas 2.000 personas y organizaciones que se dedican al fomento de la competitividad, utilizando prioritariamente el fomento de clusters desde diferentes ámbitos, tanto privados como públicos o académicos. Al respecto, están asociados tanto empresarios como consultores, organizaciones de clusters, gobiernos regionales, universidades, etc. El objetivo es compartir conocimientos, sobre todo a partir de encuentros.
Hay un encuentro anual, que agrupa a unas 400 personas, y luego hay eventos que son más regionales o temáticos. En República Dominicana hemos celebrado en abril el primer evento temático dedicado a clusters de turismo y a la competitividad de la industria turística en general.


-¿Podría definir lo que es un clúster?

-Cuando se entra en el terreno de la definición académica hay mucho debate, pero básicamente es una agrupación de diferentes agentes que inciden en lo que es la competitividad de un territorio o sector. Entonces, es un conjunto de empresas: las empresas son el centro de los clusters, pero alrededor de las empresas están también organismos relacionados, que pueden ser instituciones especializadas, centros tecnológicos o de formación, universidades, asociaciones, gobiernos… Entre todos estos agentes se crean vínculos de colaboración y al mismo tiempo de competición, porque las empresas naturalmente pertenecen al mismo sector, y aunque existen ejemplos de clusters multi-localizados, normalmente estos están arraigados en un territorio concreto. El clúster, entonces, es todo este conjunto de empresas y organizaciones relacionadas que compiten y al mismo tiempo colaboran en un mismo sector.


-Aparte de dar formación, los clusters tienen información y dinero. ¿De dónde provienen los apoyos que consiguen? ¿Hay ayudas mundiales? ¿Hay acceso a otras fuentes a las que no llegan las asociaciones y fundaciones?

-Creo que el activo más importante de los clusters es precisamente la difusión de información y conocimiento, aquella manera de entender un negocio para conseguir más competitividad. Eso se logra en los clusters por toda la interacción entre empresas y agentes relacionados.
Respecto al tema de la financiación, normalmente las iniciativas de clusters tienen un comienzo impulsado por el sector público. Los gobiernos impulsan iniciativas de clusters, pues, aunque existen casos en que ha funcionado, por lo general es muy difícil que puedan echar a andar con apoyo privado. Las formas varían. Hay programas, como es el caso de Francia, donde hace unos cuatro o cinco años se puso en marcha un proyecto nacional para financiar iniciativas de clusters.


¿Se llaman clusters en todos los países?

-No. Lo que sucede es que ahora, con el éxito que ha tenido esta metodología o fenómeno del desarrollo regional basado en los clusters, hay iniciativas poniéndose en práctica en todas partes, y “clúster” es el nombre con que se ha dado a conocer a nivel mundial, es la terminología anglosajona, difundida sobre todo por el profesor Porter, de la Universidad de Harvard, cuando publicó su obra sobre las ventajas competitivas de las naciones a inicios de los ´90.
Pero los clusters son algo que no surgió con la definición académica. Hay fenómenos de agrupación de empresas en el mismo sector que se remontan a siglos atrás. En Italia, sobre todo en el Norte, donde hay muchos fenómenos de clusterización, los clusters nunca se han llamado así, sino que aún siguen siendo llamados “distritos industriales”, y el origen de muchos de ellos data incluso de la época medieval. Hay ciudades como Boloña, donde si uno mira el mapa del centro histórico verá la calle de los carpinteros, la calle de los joyeros, y así con cada oficio; los gremios ya tendían a agruparse en aquella época en áreas concretas de la ciudad, porque se creaban aquellas sinergias, la difusión del conocimiento tácito.


-Cuando hablamos de clúster, ¿podemos entonces acercarlo más al gremio que a otro tipo de agrupación?


-Muchos de los clusters vienen de siglos atrás, y normalmente nacen donde hay una ventaja competitiva. Por ejemplo, en el caso del turismo, está claro que el clúster turístico de sol y playa en un sitio como Punta Cana está relacionado con el hecho de que hay una playa, un sitio bonito, alrededor del cual se desarrolla. En todos los sitios donde hay clusters de curtido de pieles es porque hay un río, pues esa actividad requiere de mucha agua. Hay una ventaja. Los clusters pueden funcionar durante años, y hasta durante siglos, porque hay estas dinámicas positivas. Existen a pesar de que hagamos o no hagamos algo.
Luego, están las iniciativas de clusters, que normalmente se confunden con los clusters y son acciones o esfuerzos coordinados para mejorar la competitividad de algunos de estos clusters que ya existen. Pero pueden existir clusters sin que se haga nada durante siglos, y funcionar bien. Los clusters son un poco lo que definimos como ecosistemas, en el sentido de que tienen su nacimiento, madurez y su declive hasta desaparecer, o muchas veces, por suerte, transformarse en otras actividades o negocios que se van renovando también a nivel tecnológico. Una iniciativa de clúster es cuando, generalmente con soporte público, se interviene, se hace un plan estratégico y luego se hacen acciones coordinadas para mejorar la competitividad de estos clusters. Si como resultado de esas acciones se crea una organización que no es gremial, pero que sea enfocada en el clúster, ese es un resultado. Muchas veces se tiende a confundir el clúster con la iniciativa o la asociación.


-¿Por qué nació TCI en Barcelona?

-Uno de los cinco o seis fundadores de la Asociación –que venían de diferentes países- era un consultor, Emiliano Duch, de Barcelona, que se había dedicado por muchos años y aún se dedica al desarrollo de clusters, de iniciativas de clusters, y que encontró en esa ciudad un lugar favorable para la sede mundial de la Asociación. Él tomó la decisión de pasar de la idea a algo concreto. Es una Asociación con unas oficinas muy pequeñas, en Barcelona sólo hay cuatro personas, porque lo que es el desarrollo de la actividad se hace a nivel mundial a través de estos eventos y de la página web.


-¿Por qué no hay más clusters en España?


-Hay cada vez más. Sobre todo en Cataluña, que junto al País Vasco es la comunidad donde más se ha promocionado esta modalidad de enfocar el desarrollo regional. Son las dos regiones donde, por la historia económica de España, había más industria. Tradicionalmente, los primeros clusters con los que se empieza a trabajar son industriales. A nivel de España, hay bastantes iniciativas también en otras comunidades. En Galicia se está trabajando, también en Madrid, en Valencia, en Asturias, Andalucía…

-¿Cómo se puede pertenecer a TCI?


-Hay dos formas. Una es siendo socio organizativo, supporting member le decimos, que es una forma de asociarse y aportar financiación. En este caso, el costo anual es de 2.000 euros, con una reducción a 500 euros para algunos de los países que, según una clasificación del Banco Mundial, tienen un bajo nivel de renta. Hay otra forma, a nivel individual, una membresía para personas que tengan interés de estar en la Asociación y sean, por ejemplo, consultores, académicos u otros expertos. Asociarse de forma individual cuesta 200 euros anuales.


fuente: caribbeannewsdigital

Escribir un comentario

Promovemos la comunicación responsable. No publicamos comentarios de usuarios anónimos ni aquellos que contengan términos soeces o descalificaciones a personas, empresas o servicios.