Las provincias argentinas entran en crisis
Lunes, 04 Junio 2012 20:42

Gobernada por Fabiana Ríos, una firme aliada del kirchnerismo, Tierra del Fuego se enorgullece de ser una de las provincias más prósperas de la Argentina. Allí no se conoce el desempleo. El turismo, la actividad petrolífera y el parque industrial, no sólo dan trabajo a los lugareños sino que ofrece oportunidades a gente de otras regiones, con sueldos muy por encima del promedio nacional. Pese a todas sus bondades, la provincia más austral no se salva de la crisis que atraviesan, cual más cual menos, sus hermanas del norte.
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por Ramy Wurgaft, corresponsal de El Mundo en Buenos Aires

De forma discreta pero insistente, el secretario de Economía, Christian Javier Ruiz pidió a las empresas petroleras que operan en la provincia un anticipo en el pago de regalías para hacer frente al pago de salarios atrasados, correspondientes a abril del 2012.

Curiosamente, las provincias más ricas son las que tienen mayores problemas cuando llega el fin de mes. En Santa Fe, una de las principales productoras agrícolas del país, el gobernador Antonio Bonfatti debió desmentir que fuera a acuñar unas "cuasi monedas" -como las que circulaban durante la mega crisis nacional del 2001 y 2002- para pagar los sueldos de los empleados públicos. La vecina Entre Ríos ha tenido que desdoblar los pagos para no quedar con las arcas vacías y el gobernador de Córdoba (otro de los graneros argentinos) José Manuel de la Sota, piensa emitir bonos para paliar los números rojos de su gestión.

La provincia de Buenos Aires merece una consideración aparte. El gobernador Daniel Scioli logró que la asamblea legislativa provincial aprobara un fuerte aumento de los impuestos al sector rural, con lo cual podría pagar a tiempo los salarios y los aguinaldos. Pero en el camino se ganó a un poderoso enemigo: los productores del campo. Los agricultores de la provincia decretaron un paro de diez días que podría extenderse a todo el territorio nacional. Y Scioli perdió de sopetón el apoyo de los pobladores de las localidades agrícolas, con quienes contaba para ser el sucesor de Cristina Kirchner en el 2015.

El problema de fondo de las provincias se divide en dos partes. Por un lado, el gobierno nacional no les transfiere los presupuestos de la así llamada 'coparticipación', con la regularidad con que lo hacía hasta finales del 2011, en la época de vacas gordas. Es más, algunos gobernadores, incluso los oficialistas, sospechan que el Estado (léase el Gobierno) se está quedando con la parte que le corresponde a sus provincias de los ingresos derivados de las exportaciones agrícolas o de la industria energética.

La Casa Rosada tiene sus propios problemas. El cepo que ha aplicado a la venta de dólares y las trabas a las importaciones demuestran con meridiana claridad que Cristina Kirchner y su equipo están librando una cruda batalla para enfrentar los vencimientos de la deuda externa y al mismo tiempo, mantener en funcionamiento esa aspiradora de fondos estatales que son los subsidios al transporte y a la energía, como también los paquetes de ayuda clientelista a los sectores de bajos ingresos.

Por otra parte, las provincias, especialmente las agrícolas como Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, se excedieron en gastos, con expectativas puestas en el precio y en la demanda internacional de productos de la tierra. Bastó con que China, redujera en un 0,8% las importaciones de soja y que la sequía afectara a la producción de maíz en la llanura pampeana, para que esas provincias acumularán en promedio un déficit fiscal de 13.700 millones de pesos (cerca de 3.180 millones de dólares, unos 2.544 millones de euros).

Portal de América - Fuente: www.elmundo.es

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