Armengol ha insistido en una entrevista con Diario de Mallorca en que es "consciente de las desventajas del turismo", sin mención para resaltar también las bondades del destino líder en el momento en el que la industria de las islas busca promocionarse ante la mayor feria española.

Las palabras de la presidenta balear han dado visibilidad por lo tanto a los males del archipiélago, como la masificación en la temporada alta, al pequeño porcentaje de viajeros que lo hace buscando desmadre, y a los puestos de trabajo que considera de menor "calidad" que el que ofrecerían otros sectores.

Armengol, con sus declaraciones en su visión sobre el archipiélago, vuelve a convertirse en una excepción de entre los asistentes a los grandes escaparates turísticos, quienes de forma unánime se concentran en destacar los atractivos y virtudes de sus destinos, en lugar de poner el foco en defectos puntuales y minoritarios.

La gobernante balear también presumió de poner freno al sector, al afirmar que "ningún otro gobierno, excepto el nuestro, ha limitado la llegada de cruceros, ha paralizado las plazas, ha dicho de forma clara que no quiere turismo de excesos o ha implementado una ecotasa".

El sector lleva tiempo lamentando que, en vez de aprovechar estas oportunidades de ferias como la de Madrid para ensalzar las ventajas de los destinos baleares frente a otros competidores, se abogue por poner el foco en todo aquello que pueda dejar como negativa la experiencia de un viajero.

Armengol, tras sus ocho años de presidencia, se concentra de nuevo en destacar los males turísticos de las islas, tras haber decidido la exclusión del alquiler vacacional del pago de la ecotasa, mientras durante su mandato los precios de la vivienda se han disparado al haberse desviado una gran parte del parque residencial hacia el uso turístico.

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