Los gremialistas, todos empleados de Aerolíneas Argentinas, meten a todo atisbo de competencias en la bolsa de las low cost, como sinónimo de inseguridad. Lo que no dicen, es que no hay ninguna estadística a nivel mundial ni a nivel local (aquí no existen) que demuestre que las empresas low cost son más o menos inseguras que las aerolíneas tradicionales. Sin embargo, la mayoría de los dirigentes gremiales de Aerolíneas Argentinas buscan asociar inseguridad con low cost para argumentar que solo empresas que reciben miles de millones de dólares en subsidios son seguras. Llegando inclusive a decir que empresas como la chartera boliviana LaMia, que se estrelló con el equipo de Chapecoense en Colombia, era una low cost cuando en realidad se trataba de una empresa trucha. Miserable. Las verdaderas Low cost son muy cuidadosas de la seguridad porque eso significa eficiencia y porque de ella depende su existencia

Hasta los funcionarios, como el ministro de Transporte, habla de “las low cost que están por venir a operar en cabotaje” y las low cost “que se presentaron en la Audiencia”. Es como que en la Argentina no hay lugar para aerolíneas que quieran volar si no se presentan como “de bajo costo”. Muchas empresas apelan al subtítulo de “low cost” como estrategia de Marketing, buscando asociar su imagen a tarifas bajas, simplemente eliminando la cajita feliz o cobrando por llevar una valija. Si hasta Aerolíneas Argentinas y Latam ahora imitan las prácticas low cost para tratar de convencer al público de que ofrecen tarifas más bajas. “Ahora soy low cost, ahora soy barato”.

¿Qué es realmente una aerolínea low cost? ¿Alguna de las empresas que opera en la Argentina o que pretende hacerlo aprovechando la actual apertura es una verdadera low cost? Una aerolínea low cost es una empresa súper eficiente que traslada esa eficiencia a las tarifas. También que el costo del pasaje que promociona solo comprende transportarte de un punto a otro, dejando que el pasajero decida y pague por los otros servicios que quiera recibir. Hay condiciones esenciales que hacen a una verdadera low cost: aviones nuevos que permiten mayor eficacia y productividad, una única flota que ahorra costos en mantenimiento, capacitación, tripulación, stock de repuesto,etc., convenios laborables flexibles, aeropuertos de segundo nivel, dispuestos inclusive a subvencionar a las aerolíneas para que allí operen. Autohandling si es posible.

Venta directa, evitando las agencias de viajes y hasta si es posible los GDS. ¿Alguna de las empresas que se presentó o pretende presentarse en las Audiencias Públicas en la Argentina cumple con todas o algunas de estas condiciones? ¿Está la Argentina en condiciones de contar con una auténtica low cost?

Ninguna de las empresas existentes ni las que aspiran a entrar reúne mínimamente estas condiciones. Sin embrago todos hablan -incluido el Ministro del área- de las “low cost” que están viniendo. Solo Flybondi intenta parecerse a fuerza de declaraciones en los medios a una low cost simplemente porque promete operar fuera de Aeroparque. No se sabe todavía si tendrá aviones nuevos o usados. ¿Llegará realmente a operar desde El Palomar? ¿Y después qué, con el resto de los destinos a los que piensa viajar? ¿AA2000 le va a permitir tarifas especiales en Córdoba, Tucumán, Iguazú, etc.? ¿Qué pasa con los monopólicos y caros servicios de rampa en todo el país, los sistemas de ayuda a la navegación, los rígidos convenios laborales, los seguros, los impuestos, la financiación etc., etc.? ¿Podrá Norwegian si finalmente se presenta en abril saltar todos estos escollos?

Es posible que algunas empresas sean más eficientes que otras y que adopten el modelo del pasajero pagando cada servicio extra que requiera. Podrán parecerse a una low cost. Pero nada más que eso, por ahora. Parecerse. Simple estrategia de marketing.

Portal de América - Fuente: Aviación News