El gasto medio del turista durante los dos meses principales del verano descendió notablemente, revelando que la calidad del visitante está disminuyendo estimulado en gran parte debido al auge provocado por compañías como Airbnb, que ofrecen alojamientos vacacionales sin una clara regulación que desemboca en la masificación de gente.
 
Aunque España ha ido tendiendo hacia este modelo, las tres grandes capitales turísticas de Occidente, Nueva York, Londres y París, las que más llegadas de turistas extranjeros reciben en Europa y EEUU, están optando por todo lo contrario: regular y restringir al máximo el negocio de plataformas como Airbnb, como también ha hecho Berlín o Barcelona.
 
Siguiendo el ejemplo de estas grandes capitales turísticas, se espera que en 2017 España tenga una regulación a nivel estatal para plataformas como Airbnb. En nuestro país ya han recibido varias sanciones, pero ha salido indemne debido al vacío legal existente en la actualidad. Por ello, el nuevo Gobierno pretende regularizar la situación con una normativa específica para las empresas que se dedican a la economía colaborativa.
 
A continuación, explicaremos individualmente las medidas adoptadas por cada urbe:
 
-París. En noviembre de este año, el alcalde de la capital francesa presentó un plan estratégico para tener controlados y registrados todos los pisos, apartamentos y casas que se pusieran en alquiler para los turistas. El objetivo principal de esta decisión es que Airbnb tenga que solicitar el número de registro a cada propietario de las viviendas que se pongan en alquiler para poder tener un mayor control de la proliferación de este tipo de negocios. (París presenta un plan turístico para primar la calidad frente a la cantidad).
 
-Londres. Sadiq Khan, alcalde de Londres, es uno de los mandatarios que mayores medidas drásticas quiere imponer a Airbnb, cargando contra el marketplace incluso el día de su toma de posesión. La Asociación Británica de Hostelería solicitó al regidor que se hiciera frente a diversas cuestiones, pero especialmente la que hacía referencia a la seguridad, porque aseguran que muchas de las viviendas no cumplen la normativa contra incendios ni unas medidas mínimas de seguridad. (El alcalde de Londres propone en su estreno medidas drásticas contra Airbnb).
 
-Nueva York. La Gran Manzana es el principal mercado que tiene Airbnb, pero no por ello se ha librado de las polémicas ni de las restricciones a su actividad. El gobernador de la ciudad norteamericana endureció las leyes a los usuarios de las viviendas alquiladas a través de la plataforma con multas de hasta 7.500 dólares.
 
Conscientes del gran volumen de negocio existente en Nueva York, negociaron una serie de medidas con las instituciones para poder seguir llevando a cabo su actividad, como exigir a todos sus usuarios una inscripción en un registro accesible para las autoridades.
 
 
–Berlin. La capital alemana puso coto en mayo al alquiler vacacional a través de plataformas como Airbnb, al prohibir arrendar un apartamento entero a por periodos de corta duración sin contar con un permiso oficial. Los que incumplan la normativa se enfrentaron a multas de hasta 100.000 euros.
 
–Barcelona. En noviembre, el Ayuntamiento de Barcelona sanciona a Airbnb y a Homeway con 600.000 euros cada una al entender que ofrecen viviendas turísticas sin licencia “de forma reincidente”. Según la alcaldesa Colau, “no es asumible que haya miles de pisos operando de forma ilegal, sin pagar impuestos y causando perjuicios a las comunidades de vecinos”.

 

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