El diario recoge las opiniones de los abogados Richard Painter y Norman Eisen, expertos en ética que asesoraron a Obama y a George W.Bush, que han elaborado un plan que incluye una adquisición apalancanda o una oferta pública de acciones para la participación empresarial del futuro jefe del Ejecutivo estadounidense.
Ningún presidente reciente de EE.UU. ha tenido un portafolio de intereses empresariales tan extenso como el de Trump, ni el nivel de involucramiento de sus hijos en sus negocios, los cuales también han participado en su campaña.
La ley estadounidense exime al presidente y al vicepresidente de las reglas de conflicto de interés que requieren que muchos funcionarios del gobierno federal deban recusarse de tomar decisiones relacionadas con sus intereses financieros. Los presidentes George W. Bush, Bill Clinton, George H.W. Bush y Ronald Reagan pusieron voluntariamente la mayoría de sus activos en fideicomisos ciegos para proteger sus activos frente a posibles conflictos de intereses. El candidato presidencial republicano Mitt Romney dijo que si hubiera ganado, habría hecho lo mismo.
No obstante, esta figura suele ser para activos líquidos como bonos y acciones, no edificios ni marcas. Además, por ley, dice el WSJ, los fideicomisos ciegos están supervisados por un gestor independiente, no por familiares. Si bien Donald Trump está exento de las leyes federales de conflictos de intereses, su anunciado plan ya le está causando una tormenta política.
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