“Cuando mi padre murió en 1998 yo quise que mi hermano fuera consejero delegado, pero él decidió que lo fuéramos los dos. El éxito de esta fórmula se basa en la confianza y en que ambos tenemos un mismo interés, que es la empresa y no el de ganar al otro. Además, si yo fuera la única CEO, las decisiones las tomaría sola. No sabes la ventaja de llevar este peso entre dos espaldas”:

Sobre si se repetirá esta fórmula con la cuarta generación responde que “decidirán ellos seis (sus tres hijos y los tres de Luis). A nosotros nos ha funcionado y les aconsejaremos, pero el futuro es suyo. Nosotros somos pasado”. “Por ahora sólo trabaja en la compañía mi hijo Joan (es director financiero) y mi hija Lola hará las prácticas de su máster en Riu. No hay protocolo familiar, pero sí reuniones asiduas y espero que alguno quiera y valga. La sucesión está cerca y es una gran responsabilidad; hay que decidir lo que sea bueno para la empresa y para la familia, que no hiera sentimientos”, agrega.

Acerca de si considera la relación de Riu con la alemana Tui como un matrimonio, afirma que “totalmente. Yo estoy felizmente casada, pero hay asuntos en los que mi marido y yo no estamos de acuerdo o cosas que nos molestan el uno del otro, pero queremos seguir juntos. Con Tui sucede lo mismo, a veces los objetivos no son los mismos, pero queremos mantener la unión”.

“Los analistas deben mirarnos horrorizados porque una cadena hotelera (con más de 100 establecimientos) tenga los hoteles en propiedad. Es el único modo de enfocarlos al cliente que queramos y es lo que hemos hecho durante 63 años”, dijo la ejecutiva.

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