por Ann Shields

 
El Método para hacer llegar mi familia a la tierra tendrá que venir de un escape. Algo como una estancia en la granja.
 
Feather Down Farms, una compañía de estancias en granjas de Europa que ha creado alojamiento en tres granjas estadounidenses en los últimos dos años, ofreciendo a los curiosos habitantes de la ciudad una oportunidad de tener una experiencia rural enrarecida y encantadora, sin ninguna de las dificultades de las que estaban plagadas las familias pioneras como la Ingalls y  la Wilders (¡No langostas! ¡No incendios de pradera! ¡No lobos!), o incluso las que enfrentan los modernos pequeños agricultores hoy.
 
En su lugar, se queda en una "carpa" (lados de lienzo, sí, pero un suelo de madera, plomería, y camas con cobertores) en una verdadera granja que trabaja.  Cada granja tiene una tienda donde  se pueden comprar suministros, obtenidos de los locatarios cuando es posible, para las comidas.   Algunas noches, la familia de la granja utiliza un horno de leña para hacer pan y pizza para compartir con los invitados, pero otras noches, están por su cuenta en la carpa iluminada por la lámpara de aceite para cenar, jugar a las cartas, contar historias o leer. 
 
Durante el día, puede optar por permanecer cerca de la carpa de su tienda de campaña (puede decir a los niños que está observando el Sabbat, el estilo de los Wilder) o puede explorar. Todas las granjas cultivan verduras orgánicas y crían ganado, por lo que podrá ser invitado a participar en las tareas domésticas y actividades si desea. Hay una bomba de agua cerca de las carpas y como pueden confirmar la mayoría de los padres, jugando en el agua puede pasarse la tarde bastante rápido. Las granjas tienen bicicletas para alquilar y los pueblos cercanos tiendas de antigüedades y ferias locales para visitar. El ritmo es lento pero no aburrido. 
 
Las tres Feather Down Farms, dos en Nueva York y una  al norte de Chicago, permiten a los padres mostrar a sus hijos de donde vienen sus alimentos.  Nunca pensé mis hijos estuvieran listos para las conversaciones acerca de las características de los alimentos, pero milagrosamente, parecen estarlo. Quizás es el momento de ir más allá de los zoológicos de mascotas y de los jardines del patio trasero y  de lectura de libros de “La Pequeña casa” y pasar al siguiente nivel: es hora de meterse en una carpa de lujo para un fin de semana en el campo.    
 

fuente: Travel and Leisure – traducción: Ignacio Pérez – Portal de América