por Miguel Simón Ruiz 

Una de las cosas que más me han llamado la atención durante los últimos meses ha sido la cantidad de herramientas que existen en la red y que podemos usar de manera gratuita para promocionar, gestionar, mejorar y posicionar nuestros productos turísticos.

Asimismo,  he descubierto  que otras, supuestamente conocidas, como Youtube o Google tienen más utilidades de las que uno piensa.   La verdad es que todo esto me parece excepcional y sirve para descubrir cada día algo que te ayuda a ser un poco más innovador que tus competidores e ir un poco más lejos que ellos.

En una sociedad en la que la mayoría de las distancias se salvan con un clic y desde nuestro móvil podemos planear y reservar unas vacaciones de ensueño. La realidad avanza sin detenerse y arrolla a quien se queda parado.

¿Pero evolucionar hasta dónde? ¿Llegará el día en que llegues a un hotel y te haga el check-in una máquina? ¿Tendremos unos recepcionistas que hablen 50 idiomas, sean siempre educadísimos y nunca tengan un mal día? ¿Y por qué no un maître virtual en nuestro restaurante, una pantalla donde se te explique todo lo que puedes comer y cómo va ser cocinado? Y todo, por supuesto, en el idioma que elijas.

¿Llegaremos a este punto? ¿Interactuaremos más con las máquinas que con las personas? En mi opinión, no se debe perder la oportunidad de hablar con el cliente, preguntarle qué quiere, descubrir cuáles son sus inquietudes, desarrollar programas de fidelización efectivos, más allá de una simple tarjeta de puntos o mandando un simple e-mail de agradecimiento por habernos elegido.  

Como dijo Edwards Deming , no hay que olvidar que “la calidad tiene que ver con las personas, no con los productos”.

Cada día recibes diez e-mail con ofertas de hoteles, agencias de viajes, vuelos…que, generalmente, no sueles mirar. ¿Sorprenderíamos a un cliente si le enviásemos una carta en un sobre elegante, o se trata de una estrategia en desuso?

A mi juicio, sería una estrategia de marketing directo, personalizado, tangible y más empático. Esto, acompañado de un buen packaging y si es posible firmada a mano por el responsable del establecimiento, conseguiría transmitir una sensación de cercanía, credibilidad y eficiencia.

Esta acción, no reclama tu atención como un e-mail que nos has leído y pide a gritos que lo abras o lo elimines y sabiendo que ese mismo, lo han recibido otras 10.000 personas.

Personalmente, creo que hay que ser coherente a la hora de utilizar las herramientas del marketing on line, utilizarlas en su justa medida y sin desgastar la imagen que fue concebida como fortaleza.

Con esto no quiero decir que las nuevas tecnologías no sirvan; todo lo contrario, yo las apoyo y espero servirme de todo lo que estoy aprendiendo de ellas para poder ser innovador en el futuro o por lo menos, no llegar muchos más tarde que el resto, situación que ha ocurrido con bastante frecuencia en nuestro sector.

Solo quiero recordar que más allá del recurso a la tecnología, la carta a la que previamente hacía referencia se puede aplicar a más situaciones.
 
Y para terminar os dejo mi reflexión final: ¿Acaso les mandaríamos un e-mail a los Reyes Magos?  Tal vez la mayor sorpresa está en hacer las cosas de una manera diferente al resto...

Publicado en Comnunidad Hosteltur www.hosteltur.com