Menos pobres, más delitos
Miércoles, 07 Enero 2015 23:56

Menos pobres, más delitos
Pese a ser un país pequeño en extensión y población (176 mil kilómetros cuadrados y 3.3 millones de habitantes), Uruguay tiene una enorme presencia en el escenario internacional.
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por Pascal Beltrán del Río

Muchos de sus presidentes recientes no han pasado inadvertidos, como José Mujica, quien entregará el poder el próximo 1 de marzo.

Otro de ellos, Julio María Sanguinetti, escribió el domingo pasado en el diario español El País un artículo cuyas ideas generales creo totalmente pertinente reproducir.

Se trata de un texto que parece dar en el blanco al explicar la mayor desazón que padece hoy América Latina: la violencia criminal.

¿Por qué —se pregunta Sanguinetti— si el subcontinente tiene menos pobres sufre más por la delincuencia?

Con base en el informe regional del PNUD, el expresidente destaca que la clase media pasó de 21% de la población de Latinoamérica a 34% entre 2000 y 2012, mientras que la pobreza cayó en el mismo lapso de 41.7% a 25.4 por ciento.

Asimismo, apunta Sanguinetti, la expectativa de vida de los latinoamericanos pasó de 55 años en 1950 a 74 años, y sigue creciendo.

“¿Cómo se explica entonces que la tasa de homicidios haya crecido 11%, cuando en el resto del mundo está más o menos igual?”, se pregunta. “¿Cómo es posible que la seguridad ciudadana sea hoy el mayor reclamo de unas sociedades que vienen apuntando hacia otros escenarios superiores, pero que sufren estas fronteras de retroceso?”, abunda.

El expresidente encuentra cuatro razones fundamentales para responder sus preguntas.

La primera, dice, es el debilitamiento sustancial de la familia en la región. “Los hogares monoparentales se han duplicado en los últimos 30 años y los que tienen una mujer como cabeza son el 26% en Argentina, el 21% en Chile y el 20% en México. Los adolescentes que ni siquiera saben quién es el padre terminan siendo carne de cañón del vicio o del crimen organizado”.

La segunda explicación de por qué, pese a mayores niveles de bienestar, Latinoamérica sufre el flagelo de la criminalidad, tiene que ver con el fenómeno del consumo de las drogas y el alcohol.

“Se ha investigado si antes de cometer un delito sus autores habían consumido alcohol, alguna otra droga o la combinación de varias de ellas… El resultado es afirmativo para el 49% en Chile, el 38% en Brasil y el 36% en México. Naturalmente, estas adicciones generan, además, el tráfico ilícito que corroe las estructuras urbanas, con áreas de altísimo riesgo personal”.

El tercer factor, identificado por Sanguinetti es la debilidad institucional, evidenciada por insuficiencias policiales y judiciales.

“México, que ha evolucionado en tantos aspectos de su desarrollo, como la industria, por ejemplo, ha exhibido —en su región más pobre— episodios de criminalidad con una crueldad insuperable”, escribe el expresidente.

“Allí, en Guerrero, han quedado expuestas todas las lacras sociales. Incluida la corrupción política que en este caso afectó al tradicional partido de izquierda, al que renunció su fundador, Cuauhtémoc Cárdenas”.

La cuarta razón es el rezago educativo en la región. Sanguinetti dice que la educación es “la más histórica herramienta de progreso social… cuya importancia se ha hecho más acuciante en esta desafiante sociedad del conocimiento”. Afirma: “Si bien los años de escolaridad han aumentado y la matrícula de la educación primaria cubre prácticamente el total de su generación, la enseñanza media no logra acomodarse a los tiempos. El 51% no la termina y el sistema de evaluación PISA desnuda sus carencias”.

De 67 países evaluados por el organismo dependiente de la OCDE, ocho países latinoamericanos aparecen entre los lugares 53 y 67 —en matemáticas, lengua propia y conceptos básicos de ciencia—, siendo Chile el mejor y Perú, el peor. “Los siete primeros son asiáticos, lo que una vez más nos dice que, detrás de los éxitos no hay milagros sino esfuerzo inteligente”.

Se pueden cuestionar las conclusiones de Sanguinetti. Se puede creer que son otras las razones de la violencia criminal en México y demás países de la región, como Venezuela, con sus 25 mil asesinatos en 2014. Lo que no se puede decir es que, en las cuatro causas identificadas por el expresidente de Uruguay, México va bien.

En materia de educación, adicciones, vida institucional y entorno familiar, las políticas públicas mexicanas dejan mucho que desear.

Apuntes al margen

Enero me gustó para que te vayas. Así podría titularse la canción de los cambios en los gabinetes presidenciales mexicanos. El primer mes del año es cuando se ha dado el mayor número de relevos de secretarios de Estado en los 13 sexenios entre 1934 y 2012: 24 de 89, casi 27%. Muy atrás vienen septiembre y diciembre, con nueve cada uno.

Hoy es el día 767 del sexenio. Sólo dos presidentes sexenales han tardado más que Enrique Peña Nieto en hacer el primer cambio en su gabinete: Adolfo López Mateos, quien lo hizo en el día 927, y Adolfo Ruiz Cortines, en el día mil 79. Todo indica que Peña Nieto no rebasará esas marcas. La disponibilidad de candidatos para junio y la realidad política lo obligarán a hacer relevos pronto.

“Con la lana que se paga un domingo / en las carreteras de cuota / se podría pagar la deuda o construir otro Estadio Azteca”, dice la canción del Tri. Pero nada de eso interesa a los maestros de la CNTE cuando extorsionan a los automovilistas en las casetas de cobro. Lo suyo es hacer negocio con el pretexto de una causa social. Lo peor es que papá gobierno los deja. Y eso, como canta Alex Lora, no puede ser.

Portal de América - Fuente: www.excelsior.com.mx

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