por  Jorge Sanz Fernández, Cinco Días, El País

Las novedades entorno a esta prohibición se han producido directamente como consecuencia de las conversaciones mantenidas entre oficiales de seguridad norteamericanos y los representantes de las autoridades europeas en Bruselas con el objetivo de negociar sobre las medidas a tomar para aumentar la seguridad. Una propuesta de prohibición que como es lógico partía del gobierno norteamericano y a la que se ha opuesto rotundamente la Unión Europea.

Según una fuente anónima la prohibición de los portátiles en vuelos desde Europa a Estados Unidos no está sobre la mesa. De esta forma, al menos de momento, se ponen fin a las especulaciones sobre la posibilidad de que se prohíban estos dispositivos en los vuelos con rumbo a Estados Unidos. Una decisión que ha venido dada por el enorme caos que causaría su implantación en los distintos vueles del corredor europeo y norteamericano, que suelen transitar todos los años nada menos que 65 millones de pasajeros.

Además sería un problema de ida y vuelta, ya que son numerosos los trabajadores de ambos continentes que adelantan trabajo a bordo de los aviones en sus vuelos de regreso de Europa a Estados Unidos. Según esta misma fuente se suplirá esta prohibición con un trabajo más estrecho entre la inteligencia de ambas administraciones y facilitando el compartir esta información sensible entre Europa y Estados Unidos.

El temor de estos últimos a los portátiles en los vuelos se debe a que se teme que los terroristas puedan utilizar las baterías de los ordenadores o el espacio de estas para introducir bombas en el avión. Algo que en el fondo no tiene demasiado sentido, ya que en la bodega también podría hacer muchos estragos una explosión de este tipo. En cualquier caso parece que las aguas se calman y que no habrá, al menos de momento prohibición para llevar portátiles a Estados Unidos en vuelos desde España.

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