En las últimas horas, volvió a las andadas y le "pasó factura" a Uruguay; aseguró que Argentina incide en los buenos indicadores de la economía uruguaya y además reconoció que fue infeliz su expresión de que Uruguay tiene un bajo desempleo "gracias a Dios y a la Argentina", declaró que la inversión que se ha hecho en la construcción es notable y ha crecido a niveles históricos en Uruguay. Además, recalcó "la inversión en la compra de campos, bienes y en turismo que han tenido records históricos, vienen con gran impulso de Argentina".

Al mejor estilo de las polémicas futboleras nacidas sobremanera en el siglo pasado, cuando algún uruguayo le espetaba a algún porteño: "porteño de m....", éstos retrucaban siempre con el mismo insulto: "uruguayos muertos de hambre", se dieron las declaraciones del funcionario, sólo le faltó después de decir "Gracias a Dios y a la Argentina", aquel clásico "uruguayos muertos de hambre".

Dicen que errar es humano y perdonar es divino. Precisamente porque no somos dioses, no tenemos ninguna obligación y mucho menos voluntad de aceptar las disculpas de Dovena.

La maravillosa relación que tienen nuestros pueblos, sufrió dos grandes baches, en el gobierno de Perón y ahora, en el de los Kirchner.

Durante el período pasado le echaban la culpa a Tabaré Vázquez, quien con la dignidad que le imponía el cargo, marcó distancias. Ahora, hace ya bastante tiempo que no esta Tabaré en la Presidencia y los agravios y el acoso continúan.

Industriales irresponsables; guarida fiscal y ahora, poco menos que deberíamos reverenciar a Argentina en el mismo plano que a Dios.

Desde el turismo, actividad que es generadora de entendimiento, de paz, de fraternidad, continuaremos como siempre, promoviendo esas condicionantes y recibiendo como siempre, a los hermanos que cruzan el charco para pasear, para invertir o simplemente a disfrutat lo que encuentran en esta orilla y a la vez, también cruzando el charco nosotros, como lo hemos hecho siempre, tanto, que hasta que Argentina en los últimos tiempos se convirtiese en el principal destino turístico de la región, éramos sus mejores clientes  de turismo, con la mitad de visitantes anuales de los que fuimos en 2011, según afirma Damián Argul en nota de esta misma edición: un millón doscientos mil. Eso, con una pequeña diferencia....: somos poco más de tres millones de personas.

Cuando desde el Ministerio de Turismo se hicieron gestiones para solucionar esa increíble  pesadilla que significa el tránsito de personas por los puente sobre el Río Uruguay en jornadas pico de temprada, se nos ha reiterado desde la secretaría de Estado, que fue invalorable el apoyo de Dovena.

Cuanto antes, nuestro país debería pedir explicaciones a la Cancillería argentina, ante el comportamiento de Dovena, no le hace bien al relacionamiento de dos pueblos hermanos como el argentino y el uruguayo este tipo de actitudes.  No necesitamos aquí a alguien que nos venga a patotear en nuestro propio suelo. Porque ¿cuál es el verdadero Dovena? ¿el que ayuda al Ministerio de Turismo o el que declara ante los medios?.

Hay que marcar la cancha.


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