La única verdad es la realidad, también en turismo
Lunes, 26 Diciembre 2011 07:32
Más allá de las broncas puntuales que generan (a ambos pueblos), los desaciertos de nuestros gobernantes y más allá de las diferencias que provoca la redonda, cuando los puntos van para allá o se quedan acá y procurando no entrar "en la manija" de los xenófobos de siempre, ayer, transitando la ruta interbalnearia, de regreso a casa en plena Navidad, luego de disfrutar la Nochebuena, veíamos una detrás de otra, las matrículas negras identificatorias de vehículos argentinos, conducidos por argentinos y repletos de argentinos, transitando en dirección al este. Cuando llegamos a nuestro enclave, en la Costa de Oro, sobre el compartido Río de la Plata, vimos más matrículas negras, de coches estacionados en casas o comercios avisando que llegó el verano.
Decía el linyera Castillo, en nuestro barrio Sur de la niñez, encaramado a una silla, con gesto solemne y con la botella de vino suelto debajo del brazo: "cuantas más piedras me arrojéis, más alto será mi pedestal de gloria" y los anfitriones de la costa uruguaya podrían emularlo, mirando para enfrente.
La atracción irresistible de la costa con todo el entorno estival o, si lo prefieren, la iiesistible atracción del entorno estival, con toda la costa, nos regala esta realidad y cuando no es verano, esa realidad es totalmente inversa y con matices (menos autos, más plazas en los ferrys, buses y aviones), la "invasión pacífica" es protagonizada por uruguayos y los anfitriones son los argentinos.
Aún sin gastar un peso en publicidad, las administraciones de Meyer y Lescano, los argentinos vendrían y los uruguayos irían.
En ambos casos, para ambos pueblos siempre, es como volver a casa.
Bienvenidos, esta vez nos toca a nosotros recibirlos, disfruten la realidad, la única verdad.
Portal de América