En Uruguay se le exige aval a las agencias de viajes, a los cambios, a las inmobiliarias, pero no existe ningún tipo de garantía por parte de una aerolínea para comenzar a operar en el país. Obviamente no la ofrecen y tampoco nadie se las pide.
Quizás por estar demasiado "lejos del mundo", tal vez por no representar una plaza muy apetecible por el tamaño del mercado o vaya uno a saber, capaz que la razón es simple miopía, pero lo cieerto es que se puede interpretar la cuestión como "venga, opere, aquí no precisa garantizar nada".
Y así pasó con Varig que dejó el tendal. Se recordará la serie de trabas que se le puso a GOL cuando comenzó a gestionar los permisos para que una vez que la había adquirido, Varig volviese a operar en Uruguay, lo que finalmente nunca ocurrió.
Lo peor es que está vigente una disposición que obliga a las agencias de viajes, según el modo de emisión del pasaje aéreo que le haya vendido a un cliente, a responder ante el mismo en caso de que la aerolínea no lo haga.
Es preocupante esta situación; no es la primera vez que tocamos este tema, pero al parecer, no es de interés para el resto de la actividad.
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