Todos los que acudimos a este tipo de evento, de un año para el otro vamos aprendiendo, incorporando y descartando técnicas.

Siempre, invariablemente (¿quien no lo hizo?), la primera oportunidad en que visitamos una muestra como FIT, ante el deslumbramiento que significa plantarse ante una oferta multitudinaria y quasi inigualable, caímos en la tentación de recorrer, visitar y visitar, aceptar bolsas y folletos y regalos y todo lo que nos ofrecieran a degustar.

Y siempre, invariablemente, terminábamos con acidez o malestares estomacales y descartando material en la habitación del hotel pues era imposible transportar todo el acopio a nuestro lugar de origen.

Cada edición que transcurre, se multiplican las frases como "hay que venir para marcar presencia, para que te vean" o también, vengo a ver a determinada cantidad de contactos, aquí los tengo a todos juntos y para encontrarlos, solo tengo que caminar un poco".

Y también en cada edición que transcurre, vamos comprobando que aquel enorme o mediano o pequeño stand de aquella empresa que "siempre" estaba, se ha reducido a un escritorio dentro del gran stand del destino al que pertenece.

Estamos convencidos, como lo venimos reiterando desde mucho tiempo atrás que salvo un evento de estas características o como FITUR, ITB, WTM y MUY POCOS MÁS, se están imponiendo cambios que atraigan nuevo público y puedan recuoerar público perdido en el segmento profesional.

Hace falta más conocimiento, capacitación por ende, debate, información e invariablemente los auditorios quedan lejos, los anuncios por altoparlantes convocando a las conferencias no se escuchan correctamente y como ocurrió una vez más en FIT, no se distribuyeron programas de conferencias.

¿Por qué no colocar en el centro de cada pabellón un salón de conferencias sin paredes?.

Darle excesiva importancia a la defensa del expositor puede volverse una gran contra.

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